- Sigue en papel de opositor
- Desgaste innecesario: Ronzón
Luis Velázquez/ Barandal
Veracruz.- ESCALERAS: El politólogo Carlos Ernesto Ronzón Verónica, egresado de la Universidad Complutense, dice que Andrés Manuel López Obrador, AMLO, el presidente de la república electo, está abriendo muchos frentes.
Uno. Un frente abierto con los militares. Primero, que los soldados regresarían a los cuarteles y luego, que todavía permanecerán un ratito en la calle. Después, el retiro del Estado Mayor Presidencial, 8 mil militares, como su staff de seguridad. Luego, que les retirará el Hospital Militar.
Dos. El frente con la iglesia, a partir, entre otras cositas, de la anunciada consulta popular de la secretaria de Gobernación, la ex ministra de la Suprema Corte de Justicia, maestra jubilada de la UNAM, Olga Sánchez Cordero, sobre la despenalización del aborto, el matrimonio gay y la adopción de niños.
Tres. Con la iniciativa privada en una estira y afloje de acuerdo con las circunstancias, acaso, quizá, jugando con los tiempos en que la cúpula empresarial ha gozado de muchos, demasiados, excesivos privilegios y canonjías en la era priista y panista.
PASAMANOS: Cuatro. Con los sindicatos, entre ellos, el SNTE, con el que acaba de enfrentarse, y con el gremio petrolero del cacique perpetuo, Carlos Romero Deschamps, no obstante aquel desplegado donde se le tirara al piso.
Cinco. Con los medios capitalinos a una parte de los cuales llama la prensa fifí, los columnistas, por ejemplo.
Seis. La reducción salarial a los diputados federales y Senadores, a pesar de que ellos mismos votaron por ampliar las prestaciones y que les permitirán ganar 321 mil pesos mensuales, en tanto AMLO ha anunciado que percibirá 104 mil mensuales, suficientes para vivir con “la medianía del salario” juarista.
Siete. Todavía peor si se considera que los legisladores federales ya están alebrestados porque AMLO quiere que para todo le pongan como el caso de la consulta popular sobre la construcción del Nuevo Aeropuerto de la Ciudad de México.
CORREDORES: Ocho. En un principio, AMLO apostó “a las benditas redes sociales” para ganar la elección presidencial.
Pero al mismo tiempo despertó al “México bronco” de que hablaba el último ideólogo de la revolución mexicana, Jesús Reyes Heroles.
Y es que luego de la elección del primero de julio y los días y noches que fueron caminando, AMLO empezó a desencantar a la clase media, por ejemplo, y de pronto, zas, le han tupido en las redes.
Y ahora, como su esposa lo manifestara, se fueron contra ellas.
“Las redes se le están saliendo del huacal” dice Ronzón.
En tales circunstancias, AMLO está en una transición de su personalidad, pues una cosita es que durante muchos años ha sido el líder social contestatario que arenga en la plaza pública desde cuando las marchas con indígenas y campesinos de Tabasco a la Ciudad de México en contra de Pemex hasta ahora, convertido en presidente electo.
El tabasqueño ha mudado de identidad y ha de actuar como un Estadista.
RODAPIÉ: Al momento un hecho es notorio. Las clases medias se están desencantando demasiado aprisa de AMLO.
Y como ya lo advirtió, olfateó y detectó, entonces, busca con el discurso congraciarse con todas ellas, aun cuando tres meses y medio después, ni una palabra sobre los grandes pendientes sociales como la pobreza y la miseria, el desempleo y la inseguridad.
Por ejemplo, que habrá gasolina barata “porque los pobres no comen gasolina” como dijera el secretario de Economía de Enrique Peña Nieto.
Que habrá universidad para todos los estudiantes del país y por eso creará cien instituciones de educación superior.
Que no habrá aumento de impuestos.
Pero de los pobres, dice el profe, ni se acuerda.
Y, de ñapa, las pifias y los resbalones, como el más indicativo y significativo: la boda fifí de César Yáñez, su exvocero, y que fue publicada en diecisiete páginas de la revista Hola!, la misma donde “La gaviota” y sus hijas aparecían a cada rato.
“Yo no me casé” reviró en su oportunidad AMLO, pero como dicen en Tabasco y Veracruz, “palo dado ni Dios lo quita” a partir de la famosa y cacareada austeridad republicana.
“La mujer del César ha de serlo y parecerlo” decía aquel.
BALAUSTRES: AMLO sigue en su papel de opositor, pero todavía le falta evolucionar a su nuevo estatus político como presidente electo.
Más todavía: llega un instante en que la población se satura cuando los temas se repiten, y la ciudadanía ya está harta del aeropuerto de la Ciudad de México y la corrupción, por ejemplo.
Y lo más grave, que todavía el sexenio ni siquiera ha empezado.
Cierto, dice Ronzón, el tabasqueño encarna un nuevo capítulo como presidente electo y que lo será como presidente en funciones cuando dice que a él le encanta y fascina polemizar.
“Yo quiero la polémica” ha dicho refiriéndose a los temas cacareados y de paso a la prensa fifí, a los columnistas, dice.
Y es que, en su mirada, entre más polémica hay en los medios y las redes sociales “más se entera la gente y más participa”.
Okey, pero se está desgastando demasiado y cuando tome posesión su discurso será el primer informe de gobierno.
Es AMLO, “el rayito de la esperanza”.