Redacción | El Piñero
Un violento enfrentamiento entre fuerzas de seguridad y presuntos secuestradores de migrantes en Chiapas dejó como saldo la muerte de un soldado del Ejército Mexicano y un policía de Investigación de la Fiscalía General del Estado.
El enfrentamiento ocurrió la tarde de este jueves en un rancho ubicado en la carretera del poblado Viva México a Tapachula, en la región Soconusco, cuando los uniformados realizaban un operativo para catear el inmueble tras recibir denuncias sobre el secuestro de migrantes.
Durante el enfrentamiento, el policía Eredín Chacón Márquez perdió la vida, mientras que otras seis personas resultaron heridas. Además, un total de 21 migrantes fueron liberados. La Fiscalía General del Estado confirmó el saldo de víctimas y liberaciones, destacando que los migrantes se encontraban hacinados en bodegas y eran extorsionados para exigir el pago de rescates.
La misma mañana, un operativo realizado por la Fiscalía de Inmigrantes rescató a 29 migrantes venezolanos, entre ellos cuatro menores de edad, víctimas de secuestro exprés. Los migrantes habían sido secuestrados en municipios como Huixtla y Huehuetán, y se detuvieron a dos presuntos implicados en este delito.
La Fiscalía informó que en Huixtla se logró la liberación de 20 personas, mientras que en Huehuetán fueron rescatadas ocho personas más. Las víctimas, todas de origen venezolano, permanecían secuestradas y eran forzadas a pagar un rescate a sus familiares a cambio de su liberación.
Además de las labores de rescate, se reportaron operativos en un hotel del centro de Tapachula, donde, según la Fiscalía Especializada en Materia de Delincuencia Organizada, se presumia la presencia de migrantes secuestrados. Estos operativos contaron con el apoyo del Ejército Mexicano, la Guardia Nacional y el Instituto Nacional de Migración.
Organizaciones defensoras de los derechos de los migrantes han señalado que la incertidumbre generada por el regreso de Donald Trump a la presidencia de los Estados Unidos y las amenazas de deportaciones masivas podrían fortalecer a las bandas dedicadas al tráfico de personas, empeorando aún más la situación de las poblaciones migrantes en la frontera sur de México.