• Se desvaneció por miedo a la vacuna, se descarta una reacción posterior a la aplicación.
• Fue atendida en el ISSSTE a pesar de no ser derecho- habiente.
Carlos Abad/El Piñero
Tras el desmayo de Rita Pérez Mata de 44 años de edad, se descubrió que los maestros “hicieron chanchuyo” al meter a sus amigos (as) en la fila de las vacunas de refuerzo contra el covid-19, pues la mujer que se desvaneció resultó que trabaja de cocinera en un albergue en San José Lagunas y tiene su domicilio en la Colonia Catarino Torres Pereda de Tuxtepec.
Tras 10 minutos de haberse aplicado la vacuna “moderna”, Rita dijo sentir miedo y un dolor de espalda, producto de sus nervios, pero no de alguna reacción por la vacuna.
Personal de la jurisdicción sanitaria la trasladó al ISSSTE, pensando que era maestra, sin embargo se dieron cuenta de la segunda mentira, pues al no presentar su talón de pago como docente, se dieron cuenta que no era profesora.
A pesar de eso recibió atención médica, tras la valoración de un médico internista y un urgenciólogo, por lo que fue dada de alta unos minutos después.