Roberto Garduño
Ciudad de México.- La ofensiva política y mediática emprendida por el Partido Revolucionario Institucional (PRI) contra la izquierda, entrevé el endurecimiento oficial orquestado por “un gobierno de mano dura que aliente la pulverización del sistema electoral con las candidaturas independientes; y de paso establezca pactos de sobrevivencia con Donald Trump y los poderes fácticos”, expuso Porfirio Muñoz Ledo.
Conocedor de los entresijos del priísmo y artífice de la defección de un notable grupo de priístas, constructor con ellos del Frente Democrático Nacional (FDN) hace casi tres décadas, el ex embajador advierte signos ominosos durante los meses por venir:
“Al PRI le han renacido sus genes más autoritarios. Le ha vuelto el ADN bravucón. El aniversario 88 del PRI fue un exhibicionismo de poder ficticio, que ya no tiene, y por momentos parecía más la fiesta de una pandilla, que la de un partido. Se ha tomado la decisión de nuevamente encender las candilejas sobre ese partido, cacareando una unidad nacional que ellos contradicen, porque han decidido atacar a los demás.”