Luis Velázquez | El Piñero
05 de agosto de 2021
Varios secretarios del gabinete legal del gobierno de Veracruz parecen haber nacido para vivir en las sombras. El bajo perfil, en todo caso. Quizá, titireteros, manejar los hilos desde la oscuridad, el tiempo nublado.
Por eso podría entenderse que treinta meses después de navegar en el arca de Kuitláhuac, el góber de la 4T, poco, casi nada, nada mejor dicho, se conoce de su obra social en beneficio, por ejemplo, de los 6 millones de habitantes de Veracruz en la miseria, la pobreza y la jodidez.
Sabrá el viejito del pueblo el trabajo del día con día, de cada quincena, de cada mes por el que reciben salario de primera, de los secretarios de Infraestructura y Obra Pública, Desarrollo Social, Medio Ambiente, Desarrollo Agropecuario, Desarrollo Social, Turismo y Protección Civil.
Y es que buscar entre los boletines expedidos por la dirección de Comunicación Social un texto sobre sus actividades y hechos concretos, específicos y macizos significa una aventura social, casi casi como el viaje a Marte en plan turístico.
Se ignora si es que todos ellos apuestan a caminar en la vida pública sin hacer olas para que nadie los cuestione o evidencie.
Se ignora si se deba a la política mediática llamada “Alicia en el país de las maravillas” donde únicamente Alicia refulge, en tanto los siete enanitos permanecen en el anonimato.
Se ignora si de plano, llegaron a la secretaría por dedazo de madrina o padrino poderoso y entonces, sienten que la revolución hecha 4T se las debe.
Se ignora si son muy cacayacas y alardeando la amistad, por ejemplo, del jefe máximo, el patrón, el mero mero, navegan de muertitos para terminar el sexenio.
Pero, bueno, ni modo que todos ellos apuesten a que luego de la secretaría vivirán en jauja con suficientes ahorros para dejar de trabajar y por eso, vivir sin hacer olas.
Mientras, y con cargo al presupuesto oficial derivado del pago de los impuestos, ellos reciben salario quincenal y ahí se la llevan.
Varios de ellos, cumpliendo treinta meses encaramados “en la plenitud del pinche poder” como decía el clásico erudito.
SEDARPA, MODELO BUROCRÁTICO
Quizá ellos sean magníficos operadores políticos y electorales y el 6 de junio dieron buenos resultados en la tarea encomendada, suficiente para seguir empujando la carreta en el surco partidista de aquí a mediados del año 2024 cuando sea elegido el nuevo gobernador.
Y de ser así, entonces, caray, la profecía se habrá cumplido a partir de que cada tribu partidista ha de empeñar la vida para ganar más y más elecciones.
Bastaría, sin embargo, referir la realidad sombría alrededor de la secretaría de Desarrollo Agropecuario.
Una. La caña de azúcar, el café y los cítricos integraban el triángulo económico de la vida social en Veracruz hacia el siglo pasado.
Ahora, los tres cultivos están rebasados como sostén económico por las remesas enviadas cada mes por el millón de paisanos en Estados Unidos como migrantes sin papeles y quienes, la mayoría, huyeron de la errática política de Veracruz y del país con la creación de empleos.
Dos. Cada vez, más familias campesinas migrando de sus regiones y pueblos a las ciudades urbanas únicamente para engrosar los llamados “cinturones de miseria” en las colonias populares, y sin servicios públicos.
Tres. Pueblos fantasmas en las regiones indígenas y campesinas, más en las primeras, donde solo han quedado o quedan las esposas, los hijos y los ancianos, pues los hombres se fueron a buscar la vida.
Cuatro. Cero creación de empleos en las regiones campesinas e indígenas.
Cinco. La miseria y la pobreza fermentadas con la jodidez total y absoluta. Cada sexenio, el mismo destino incierto.
Nadie se equivocaría asegurando que los jodidos se habituaron a vivir en la miseria y ningún milagro esperan del gobierno ni tampoco de un Ser Superior, llámese como se llame.
Seis. Los hijos de los indígenas y campesinos migrantes a EU y/o al interior del país, nunca, jamás, han regresado. Y con frecuencia, queman sus raíces hasta con la familia para olvidar el infierno social en que están “atrapados y sin salida”.
Siete. Una SEDARPA, que con su imaginación agropecuaria, social y económica apenas, apenitas alcanza para organizar tianguis de higos y mangos asegurando que es para alentar la economía regional.
Y en tales circunstancias, y al paso que vamos, lo mejor sería desaparecer la SEDARPA y descargar funciones en otras dependencias nomás para “tapar el ojo al macho”.
Igual, igualito, como están otras dependencias con sus titulares actuales, convertidos en unos burócratas burocratizados y cafetómanos que todos los días toman cafecito con galletitas en sus oficinas viviendo en gerundio y planeando la utopía.
El punto de partida es una premisa universal, como es favorecer la calidad de vida de los indígenas y campesinos, pues los empresarios agrícolas y pudientes y dueños de tierra, como dice Luiz Inácio Lula de Silva, “solos se cuidan”.
Por eso, y en Veracruz, la cantaleta aquella de que “por el bien de todos primero los pobres y los pobres entre los pobres” constituye “una tomadura de pelo”, una bofetada social, una estafa, la gran estafa.
Se ignora si el gabinete legal de la 4T en Veracruz actúa así porque tal cual lo desea el jefe máximo, el gran exponente de la vida fifí, salsera, machetera, catrinera y sabadaba.