- Antes, duartista. Ahora, yunista
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: Antes, en la gloria. Ahora, en el infierno.
Antes, parte de la elite política duartista. Ahora, parece, del clan yunista, pero al mismo tiempo, cerca y lejos.
Antes, glorificando a Javier Duarte y Arturo Bermúdez Zurita encima de que Veracruz era un río de sangre y valle de la muerte. Ahora, se inmola como víctima.
Antes, carrera meteórica estelar en menos de lo que canta un gallo. Directora de la Comisión Estatal de Protección a Periodistas y titular de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y que conserva hasta el día de hoy. Ahora, dijo en foro nacional, amenazada de muerte.
Antes, intocada e intocable, porque es tía política de Érick Lagos, uno de los guardias pretorianos que fue de Duarte, y amigo del secretario General de Gobierno, Rogelio Franco Castán, quien en el sexenio anterior le llamaba “jefe máximo”. Ahora, que con todo y amenazas “una sabe los riesgos al aceptar este cargo”, pero nada le impide “desarrollar su trabajo”.
Antes, guardia pretoriana de Arturo Bermúdez cuando amenazara con la cárcel al fotógrafo Félix Márquez por las gráficas a las guardias comunitarias de los llanos de Sotavento. Ahora, pidiendo al gobernador Yunes medida cautelares y que le ha dado.
Se llama Namiko Matsumoto Benítez. Es la ombusdman de Veracruz. Y fue investigadora y académica de la Universidad Veracruzana y, se entiende, está de permiso… sin goce de sueldo, porque una cosita es pasar la vida en el salón de clases como una más de los siete mil profes de la máxima casa de estudios, y otra son los titulares y la pasarela.
Mujer del poder y con poder…
PASAMANOS: Fue en la cumbre de ombudsman del país en la Ciudad de México. Fue cuando se reunieron luego del asesinato de Silvestre de la Toba Camacho, de Baja California Sur.
Entonces, la Namiko y sus colegas de Tamaulipas (estado polvoriento) y Guerrero (otra entidad huracanada, igual, digamos, que Veracruz) reveló sus amenazas de muerte.
Y de muerte, con el asesinato de un presidente municipal electo (Hidalgotitlán), otro en funciones (Ixhuatlán de Madero) y una Fiscal (en Pánuco).
Y de muerte, en un Veracruz donde crece imparable, fuera de control, el feminicidio, considerado ya como un genocidio de la mitad de la población humana.
Y de muerte, en un Veracruz, donde, y como dice el obispo de Córdoba, Eduardo Patiño Leal, y el arzobispo Hipólito Reyes, todos los días hay secuestros y ejecuciones.
Y el tsunami de violencia parece lava expulsada de un volcán huracanado, sembrando el terror y el miedo y el horror de norte a sur y de este a oeste de la geografía local.
Lo dijo así el presidente de la Comisión de Derechos Humanos de Sonora:
“No hemos dejado de sentir miedo. Lo de menos han sido las campañas de desprestigio orquestadas desde lo más profundo del “chayote” y la ignorancia. Lo de más ha sido vivir en carne propia amenazas de muerte, coronas fúnebres en mi domicilio y oficina, lápidas sobre mi escritorio dejadas luego de un asalto” (La Jornada, domingo 26 de noviembre, 2017).
En la misma cumbre efectuada en la Ciudad de México, Namiko dijo:
“Cualquier señalamiento que yo pudiera hacer (sobre los culpables o sospechosos)… me pondría en mayor riesgo”.
CASCAJO: Entre los escombros de la ruina social en Veracruz, la diputada Marijose Gamboa camina con un montón de ONG de familiares (por lo general madres) con hijos desaparecidos en los penales y al momento llevan unos diez, once, doce.
Luego de buscar a los suyos en terrenos como en las “Colinas de Santa Fe”, y en los pozos artesianos de agua dados de baja, y en los Forenses, entre otros lugares tétricos, siguen la pista en los reclusorios.
Por lo general, llegan a un penal y previa autorización de la dirección de Prevención y Readaptación Social, que la legisladora ha cabildeado, los internos son formados en filas indias para que cada madre los identifique… por si las dudas su hijo está entre ellos.
Al momento, han encontrado unos cinco desaparecidos y que están o estaban encarcelados acusados de equis delitos.
Pero han tenido sorpresas del tamaño del mundo.
Por ejemplo:
En Pacho Viejo, el ex secretario de Seguridad Pública, Arturo Bermúdez, el protegido de Namiko Matsumoto, la presidenta de la Comisión Estatal de Derechos Humanos que está, dice, amenazada de muerte, se resistió a formarse en la fila india.
Incluso, tenía a sus abogados listos en la antesala para que cuando las madres de las ONG y la diputada llegaran defendieran a Bermúdez Zurita justificando su ausencia.
Nunca, jamás, Bermúdez se formó.
Por sus pistolas, sí señor, cuando, caray, en el sexenio anterior había delegados de Seguridad Pública ligados a los malandros, como el caso tétrico de Marcos Conde, en Tierra Blanca, tiempo aquel cuando cinco jóvenes de Playa Vicente fueran interceptados y entregados al jefe de plaza y luego, asesinados y pozoleados algunos.
RODAPIE: El obispo Patiño y el arzobispo Reyes piden rezar a la población para frenar el tsunami de violencia, de igual manera, digamos, como los zapatistas y villistas ponían una estampita de la Virgen de Guadalupe en el sombrero, seguros de que con un milagro las balas serían neutralizadas.
Recemos, entonces, por Namiko, con todo y que ella ha dicho que ella y su equipo (Kira Olivares, visitadora adjunta en el puerto jarocho) reforzarán su seguridad personal, pues ellas con su presupuesto y recursos pueden redoblar su vigilancia, en tanto y debido a la jodidez medio millón de habitantes de Veracruz sólo hacen dos comidas al día.
Nadie desearía que la presidenta de la CEDH sufriera un mortal ataque de caspa. Pero por desgracia, “los demonios andan sueltos”, y si se fueron contra la Fiscal de Pánuco (Yendi Torres Castellanos, Fiscal Especializada en Delitos Sexuales y contra la Familia, 27 de noviembre, 9:40 horas), la tierra dominada por el cacique priista y panista, Ricardo García Guzmán, todo puede ocurrir.
La violencia va subiendo de tono…