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Narcoterrorismo, coches bomba y Los Extraditables mexicanos

El Piñero

  • No es descartable el surgimiento de Los Extraditables mexicanos bajo el lema “preferimos una tumba en México que la cárcel en Estados Unidos” a semejanza de los narcos colombianos.
  • La angustia y desesperación de Rubén Oseguera González, “El Menchito”, por no ser extraditado a Estados Unidos, fue puesta de manifiesto en una carta dirigida al presidente López Obrador.

Alfredo Martínez de Aguilar/DETRÁS DE LA NOTCIA

Ante la amenaza de ser extraditado a Estados Unidos, Pablo Escobar Gaviria, capo del cártel de Medellín, desató la más cruel y cruenta etapa de la brutal violencia del narcotráfico en Colombia.

Declaró la guerra al Gobierno colombiano y lanzó una intensa campaña de ejecución de policías y militares, acompañada de la explosión de carros bomba contra la población civil en general.

La equivocada decisión de privilegiar el narcoterrorismo provocó una seria ruptura en el seno de los barones del narcotráfico en Colombia y una pérdida de apoyo para Escobar, el Patrón del Mal.

En un ejercicio de creación de escenarios futuros, nada de extraño tendría que la espiral de violencia escalara en México a la fase del narcoterrorismo con la explosión de coches bomba.

No es descartable el posible surgimiento de Los Extraditables mexicanos bajo el lema “preferimos una tumba en México que la cárcel en Estados Unidos” a semejanza de los narcos colombianos.

La angustia y desesperación de Rubén Oseguera González, “El Menchito”, para no ser extraditado a Estados Unidos, es puesta de manifiesto en la carta dirigida al presidente Andrés Manuel López Obrador en la que expone su situación, reitera su inocencia y apoya la Cuarta Transformación. “Cuente con mi apoyo”, dice a López Obrador.

“Me encuentro recluido en el cereso CPS #11 en Hermosillo, Sonora, por un proceso de extradicion el cual estoy seguro y doy mi confianza de que nuestras leyes mexicanas determinaran una decisión apegada a derecho al resolver mi situacion” (sic).

El miércoles 11 de diciembre venció el plazo para que la Secretaría de Relaciones Exteriores (SRE) determinara si entregaba a “El Menchito” en extradición a la Unión Americana, lo que no ocurrió.

La extradición de Rubén Oseguera “El Menchito” formaría parte de una negociación con el fiscal William Barr para evitar que el gobierno de Donald Trump catalogara como terroristas a los cárteles mexicanos. 

Asimismo, los gobiernos de Estados Unidos y México habrían pactado la creación de una unidad de inteligencia y operación para capturar al narcotraficante más importante y peligroso del mundo: Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG).

La presunta corrupción salpica al Consejero de la Judicatura Federal, el oaxaqueño Alejandro Sergio González Bernabé, para influir en la extradición de “El Menchito” Rubén Oseguera González a los Estado Unidos, lo que investiga la Fiscalía General de la República (FGR).

Según la carpeta de investigación FED/SEIF/UNAI-JAL/0001926/2019, el agente de la Agencia para el Control de Drogas (DEA), Kyle J. Mori, presuntamente sobornó al Consejero de la Judicatura Federal, Alejandro Sergio González Bernabé, para que influyera en la confirmación de la resolución de la juez octavo de distrito con sede en San Bartolo Coyotepec, Oaxaca.

Muy sintomático resulta, por otro lado, que Rafael Caro Quintero, fundador del Cártel del Pacífico, consiguió una nueva suspensión de oficio y de plano para que en caso de ser localizado y detenido no pueda ser entregado a Estados Unidos.

Caro Quintero es requerido por el gobierno de Estados Unidos para ser juzgado por el homicidio del agente de la DEA, Enrique “Kiki” Camarena en 1985 y del piloto mexicano Alfredo Zavala Avelar. El gobierno de EEUU ofrece una recompensa de 20 millones de dólares por su captura.

Antes de los actos de narcoterrorismo del “culiacanazo” y de la ejecución de los LeBarón en Bavispe, Sonora, hay un antecedente aterrador en Jalisco con 28 narcobloqueos en un periodo de 24 horas.

“El Mencho”, fue detenido el 25 de agosto de 2012 por la Secretaría de Marina y liberado dos horas más tarde por órdenes del gobernador en turno, Emilio González Márquez, del Partico Acción Nacional (PAN).

Reportes de inteligencia revelaron que la captura de “El Mencho” representó exponer a las autoridades que tenían algún nexo con la organización criminal, y se operó su liberación.

El secretario de Seguridad Pública de Jalisco de ese entonces,  Luis Carlos Nájera Gutiérrez, fue uno de los presuntos protagonistas de este episodio, al parecer protectores del CJNG. La detención del narcotraficante duró sólo dos horas.

Este servidor público fue señalado como quien convenció al gobernador de ese entonces, Emilio González Márquez que no era conveniente la captura de “El Mencho”, por lo que el mandatario local gestionó directamente con el gobierno federal la liberación de Oseguera Cervantes. 

La madrugada del 26 de agosto, presuntos integrantes del Cártel Jalisco Nueva Generación iniciaron una serie de narcobloqueos en distintos puntos de las carreteras del estado de Jalisco durante los cuales quemaron autobuses de pasajeros carros cisterna y autos.

Ese día los narcobloqueos habrían sido la respuesta por la detención de Nemesio Oseguera Cervantes, “El Mencho”, líder del Cártel Jalisco Nueva Generación.

En 2012, “El Mencho” no era tan poderoso como lo es ahora, y aunque ya se ofrecía recompensa por este criminal, no alcanzaba los 10 millones de dólares que actualmente ofrecen los gobiernos de EEUU y México.

La Secretaría de Seguridad Pública explicó, ese 26 de agosto, que la captura se realizó en el municipio de Tonaya, con el apoyo de helicópteros Black Hawk, resultando abatidos 6 presuntos criminales y heridos 3 policías federales.

La utilización de coches bomba en México no es inédito, pero nunca ha sido un método regular, puntualiza en su columna Estrictamente Personal el analista Raymundo Riva Palacio.

Recuerda que el 8 de enero de 1994, en apoyo al alzamiento del EZLN días antes, el PROCUP, que dos años después nació como EPR, estalló un coche bomba en el estacionamiento de Plaza Universidad, cuyo impacto alcanzó a tiendas en el segundo piso del centro comercial.

En junio de ese año explotó un Gran Marquis en las afueras del Hotel Camino Real de Guadalajara, donde se celebraba una boda de familias relacionadas con Rafael Caro Quintero, ex jefe del Cártel de Guadalajara.

En julio de 2008 en Culiacán, hubo una explosión de un auto y se encontraron varios vehículos con cilindros de gas butano y detonadores. El entonces procurador general, Eduardo Medina Mora, negó que fueran coches bomba.

Durante 2010 y 2011 los años en los cuales comenzó a invertirse el poderío de los cárteles y empezaron –en mayo de 2011- a reducirse los índices delictivos, hubo vehículos que estallaron en varias ciudades del norte del país, pero no fueron clasificados como coches bomba.

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@efektoaguila

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