Redacción / E-Veracruz
Nautla, Veracruz.- “Le pedimos ayuda voluntaria para un enfermo, se les agradece de todo corazón”, buen viaje,” se puede leer en la pancarta naranja que sostiene Eulalia Castelán en medio de la carretera costera Nautla-Poza Rica.
Bajo un sol quemante y una temperatura que rebasa los 30 grados, ella junto a su hija sostienen dos botes de yogurt que llenan con la cooperación de los automovilistas a la altura de la comunidad El Raudal.
Hace dos años, a su hijo Aurelio Matías de 26 años le diagnosticaron VIH, desde entonces su vida ha sido un peregrinar de hospitales y medicamentos.
Mientras ella pide recursos en medio de la carretera, su hijo reposa en cama, tiene una tos y un dolor de cabeza que no cesan.
A cinco kilómetros de donde Eulalia pide ayuda, se planeó la construcción de una Unidad de Atención Ambulatoria Integral, la obra se quedó al 50 %, ninguno de los cuatro constructores involucrados pudo concluir el centro.
Relata que hace apenas unos meses, ya se estaba muriendo “Estaba frío, tuvimos que esperar a que amaneciera para conseguir un carro y llevarlo a Martínez de la Torre a dos horas de aquí”.
Aunque la obra donde se invirtieron 64.4 millones sería una solución de atención, el recurso llegó parcialmente a los constructores quienes ante la falta de pago abandonaron la construcción en 2009, hoy el edificio está cerrado.
Para que Aurelio reciba los retrovirales y el tratamiento especializado para su enfermedad debe acudir al Centro Nacional de Prevención y Control del VIH en Poza Rica, a unas tres horas de su comunidad.
Nos dicen que ya va a quedar, seguimos esperando que lo abran
Aunque la obra donde se invirtieron 64.4 millones sería una solución de atención, el recurso llegó parcialmente a los constructores quienes ante la falta de pago abandonaron la construcción en 2009, hoy el edificio está cerrado con el tiempo deteriorando la infraestructura.
Para que Aurelio reciba los retrovirales y el tratamiento especializado para su enfermedad debe acudir al Centro Nacional de Prevención y Control del VIH en Poza Rica, a unas tres horas de su comunidad.
Cuando escucha del Hospital Nautla, a Eulalia se le ilumina la cara, sería la solución, está a unos 5 minutos en automóvil de donde ahora ella pide boteo.
El costo de un transporte particular representa un viaje de hasta mil pesos, un taxi colectivo 300 pesos “Nosotros somos de escasos recursos, de que vayamos a robar, mejor pedimos”.
La promesa de la terminación del hospital la han escuchado de boca de varios candidatos, y de varios presidentes municipales “Nos dicen que ya va a quedar, seguimos esperando que lo abran”.
Los tráilers y camiones pasan a centímetros de Eulalia en la carretera, pero no se mueve de la línea amarilla y del tope que hacen bajar la ventanilla a algunos automovilistas que depositan entre 1 y 2 pesos en los botes de yogurt.
La esperanza para Eulalia y el pueblo es la promesa que hizo el presidente municipal, la obra si se va a concluir. “Estamos esperando ver cuando lo abren, nos ahorraríamos pasaje”. Hace dos años, el 9 de abril del 2015 el Congreso del Estado aprobó un crédito de 28 millones de pesos al presidente municipal para concluir la Unidad de Atención Ambulatoria Integral a la Salud.
El préstamo por 20 años, tampoco sirvió para terminar la obra que luce abandonada en mitad de la carretera.
Este reportaje fue realizado en el marco de la Iniciativa para el Periodismo de Investigación en las Américas, del International Center For Journalists (ICFJ), en alianza con CONNECTAS.
de: http://www.e-veracruz.mx/nota/2017-08-25/salud/nautla-un-desvio-millonario-la-unidad-que-ningun-constructor-pudo-terminar?platform=hootsuite