Redacción El Piñero | Corresponsalía
En la XII edición del Festival Gabo, en honor a Gabriel García Márquez, el periodismo iberoamericano celebra las mejores historias y manifestaciones creativas.
San Martín Itunyoso, es un pueblo triqui que rige su vida por las tradiciones y costumbres, pero esta práctica en nada favorece a la mujer, pues aparte de ser vendida siendo casi niña al que será su marido, ya adulta ella es excluida en la toma de decisiones de la comunidad de 2 mil personas.
De esta población, de la forma de vida política, social y cultural, pero sobre todo del manejo del telar de cintura, en donde las mujeres elaboran largos y vistosos huipiles de lana pura, hablan mujeres triquis, a través de la joven Nayelli López Reyes, quien obtuviera el Premio GABO 2024, en la categoría Podcast con el relato titulado ‘Las mujeres valientes: Guii Chaána (mujeres que tejen).
Antes de dar voz a sus compañeras de vida en ese pueblo inundado de neblina antes de salir el sol, en el distrito de Tlaxiaco, Nayelli López Reyes dice:
San Martín Itunyoso es mi hogar y es también escenario de estas historias. Somos 2 mil habitantes y siempre amanece cubierto de neblina, ahí no tenemos agua corriente.
Itunyoso es el lugar donde nací, crecí y conocí el mundo y sus maravillas. Mi tierra son mis raíces. Mi corazón y mi cuerpo están entretejidos con ella.
Tengo 25 años, soy mujer, soy tallerista y soy triqui, mi comunidad San Martín Itunyoso está al noroeste del estado de Oaxaca. Es un lugar húmedo y frío y mi tierra siempre fue difícil porque casi no da frutas. No tenemos agua potable y la tenemos que ir a busca a los pozos en otro pueblo. Los hombres siembran maíz y crían el ganado.
Mi pueblo también tiene otras cosas difíciles, como la violencia que viven las mujeres a diario. Dentro de la tradición triqui está la venta de mujeres, niñas en realidad, a quienes serán sus maridos. Esto lleva a otras violencias dentro de sus hogares.
Creo que darles voz a las mujeres triquis a través de sus vivencias, es una forma de honrar a mi pueblo. Yo estoy orgullosa de ser triqui, pero sé que hay cosas que debe cambiar. Hay cosas que quiero cambiar, pero aprendí que el cambio viene a través del ejercicio de preguntar.
Vamos a tejer historias de mujeres valientes de mi comunidad, por lo que les hice preguntas, preguntas incómodas, preguntas que traen un pasado, a veces bello, otros dolorosos.
En Itunyoso hablamos triqui alto y son pocas las personas que salen de la comunidad, por la discriminación.
Una de las mujeres vendidas niñas por sus padres a sus maridos, narra:
Lo primero que aprendí fui a hacer servilletas, después mi madre y mi abuela me enseñaron a trabajar en el telar de cintura. Si se tejer, sé cómo hacerlo.
El tejido es una costumbre y un hacer que solo las mujeres hacemos. Sé tejer el huipil y este vestido lleva muchas horas de elaboración. El corto de uso diario, y el largo es solo para las fiestas patronales. También hago ceñidores como cinturón, he aprendido de todo. Un huipil largo se lleva como dos meses de tejido.
El huipil ha ido evolucionando, ya no se ve típico, los de antes se ven más bonitos, pero a mí me gustan los cambios, dice una joven de San Martín Itunyoso.
Otra mujer triqui, ya casada y con hijos, comenta:
El vestido es parte de la identidad triqui. Lo difícil es la falta de trabajo y la venta de vestidos representa el sustento de nuestros hijos.
Las servilletas son también otro sustento, salimos con 20 al día y si las vendemos.
Otro problema que también tenemos en el agua, y somos responsables de acarrearla con galones y damos dos o tres vueltas. El camino es largo porque los pozos están a la orilla del otro pueblo. Los hombres casi no ayudan porque dicen que traerla es trabajo de la mujer, no del hombre, ya que la usamos a diario para hacer de comer, lavar trastes, bañarse, lavar la ropa… A la presidencia no les importa si tenemos agua o no en las casas.
El viernes 12 de julio comenzó en Bogotá el XII Festival Gabo, donde el periodismo iberoamericano celebra las mejores historias y manifestaciones creativas, y Nayelli López Reyes fue una de las participantes