Luis Velázquez | Expediente 2021
26 de julio de 2021
Ta’canijo el caso de los niños enfermos de cáncer sin medicinas. Más cuando muchos son hijos de padres limitados. Pobres. Familias viviendo al día.
Ta’canijo que durante más de una quincena los padres se plantaran frente al Hospital General y la Torre Pediátrica en la ciudad jarocha levantando los corazones para una misericordia del gobierno estatal de la 4T con la dotación de medicinas.
Ta’canijo, sorprendente, que un médico de la Torre Pediátrica convocara la solidaridad humana a través de las redes sociales para depositar unos centavitos en una cuenta bancaria para comprar medicinas.
Insólito que una organización humanitaria, Nariz Rota, de Jalisco, lanzara colecta nacional para los niños con cáncer y juntara seis millones de pesos y enviara un millón a los niños en Veracruz.
Pero está canijo que para asistir a una reunión con la secretaría de Salud federal en la Ciudad de México las madres jarochas botearan para alquilar una camioneta y viajar todas juntas, diez mil pesitos que les cobraban.
Impresionante, golpe al corazón y las neuronas, que un niño enfermo de cáncer, Íker, se pusiera un tapabocas y se plantara en un crucero y en el alto mostrara su alcancía pidiendo a los automovilistas unos centavitos.
Ta’canijo que desde el mes de octubre del año 2020 los padres de niños con cáncer solicitaran una audiencia al secretario de Salud de Veracruz y el señor, muy fregón, nunca les contestara.
Incluso, y cuando estuvo de pasadita en la Torre Pediátrica le pidieron 5 minutitos para dialogar y los desdeñara, dueño del poder sexenal que es.
Ta’más canijo porque las medicinas para el cáncer cuestan mucho. Incluso, versiones de que una sola y de poca duración vale veinte mil pesos.
Y sin medicinas, y sobre todo los niños hijos de padres limitados, en la pobreza, quizá en la miseria, en la estrechez, condenados a morir.
Hay miseria y pobreza en Veracruz.
De los 8 millones 150 mil habitantes, seis millones en la jodidez total y absoluta.
Medio millón de paisanos únicamente hacen dos comidas al día, y mal comidas, debido a tanta precariedad.
Uno de cada tres jefes de familia lleva el itacate y la torta a casa, cuando pueden, con el ingresito obtenido en un empleo informal.
Un millón de paisanos anda de migrante, y sin papeles, en Estados Unidos, “haciendo los trabajos que los negros rechazan” como decía el filósofo filoso, Vicente Fox.
Veracruz, en el primer lugar nacional en la producción y exportación de trabajadoras sexuales.
Pobreza canija, ruin y miserable en un Veracruz pródigo en recursos naturales.
Una entidad federativa rica habitada por gente jodida, “con salarios de hambre” y sin las prestaciones de ley.
Y en medio de tanta pobreza, los niños con cáncer.
Y la autoridad exponiendo en el palenque público motivos, pretextos, que nadie les cree arguyendo el desabasto de medicinas.
¡Qué ruindad el trato oficial a los niños con cáncer!
Pronto, la 4T “mostró el diente”, ocupados, ahora, como todos andan, con el espionaje de Pegasus a montón de personas (políticos, líderes disidentes, empresarios incómodos, activistas, reporteros) y a la familia de López Obrador, cuando, caray, el espionaje y el espionaje político es tan viejo como la prostitución incluido, además, en el relato bíblico.
PILLOS, LADRONES, DESHONESTOS Y CORRUPTOS
Desde la noche de todos los tiempos, los políticos, y más los políticos encumbrados, tiene fama pública de que son pillos, ladrones, deshonestos y corruptos.
La fama inalterable de que cada sexenio federal y estatal deja nuevos ricos, nuevas familias millonarias que “de la noche a la mañana” del periodo constitucional enaltecieron sus vidas con la más alta calidad.
Peor tantito si se considera que por aquí un político ocupa un cargo público donde hay presupuesto para “ordeñar la vaca”, en automático beneficia a la familia, los amigos, los compadres y a los socios, aliados y cómplices.
Tanta es la fama que en algunos sexenios a los políticos les dio por decir, sin rubor ni pudor, que se habían sacado el premio mayor de la Lotería Nacional y/o el Melate.
Y que, en todo caso, los abuelos los habían heredado tierras, ranchos, ganado, departamentos, edificios, mansiones.
Así fue, y por desgracia, en el siglo pasado, y es hoy.
Y en todos los partidos políticos sin excepción así muchos se den “golpes de pecho” declarándose los más honestos entre los honestos.
Ahora, caray, el trato de los políticos de la 4T a los niños enfermos de cáncer, como el caso, y entre tantos otros, del secretario de Salud, Roberto Ramos Alor, quien en pleno COVID remodeló su oficina con 400 mil pesos de inversión pública para trabajar a gusto, feliz y dichoso, según publicara el periódico Notiver en primera plana y a 8 columnas.
Además, parte de la familia de Ramos Alor en la nómina con cargos públicos.
Además de la compra de medicinas por dedazo a la empresa propiedad del delegado del Bienestar Social en Jalisco y quien fuera despedido del cargo, en tanto Ramos Alor permaneció, y sigue, intocable, que poderosa madrina o padrino tendrá.
Además de su historial como director del Hospital Regional de Coatzacoalcos con Miguel Ángel Yunes Linares de gobernador y encumbrado como héroe y mártir de MORENA porque fue despedido por asistir a un evento guinda y marrón.
Además, la versión de que el doctor es o era dueño de un negocito donde operaba un centro nocturno en el sur de Veracruz según afirman los mismos Morenistas.
La 4T con su purificación moral y honestidad valiente demolida por sus propios militantes.
Muy comprometido estará Kuitláhuac García para sostenerlo en el cargo.