•Periciales ocultaron restos de joven asesinado por ex director de Penales, duartista José Óscar Sánchez Tirado
•En dos meses podrían dictar sentencia a expareja de Carlos, exdirector y policías involucrados
•Madre sigue buscando justicia
Arantxa Arcos blog.expediente.mx El Piñero de la Cuenca
Veracruz.- María de Jesús López José, madre de David Bautista López, guardó luto por dos meses. Sus investigaciones con una computadora portátil y familiares que buscan a sus desaparecidos les ayudaron a encarcelar a su nuera y al ex director de Reinserción y Readaptación Social, José Óscar Sánchez Tirado.
El 9 de noviembre del 2017 encontró a su hijo levantado el 15 de septiembre del 2015, por órdenes de su nuera Olga Hebe Jiménez Noya y de su nueva pareja sentimental, un ex funcionario público de Veracruz.
Después de permanecer desaparecido por dos años y dos meses, los restos óseos de Carlos fueron sepultados en Oaxaca, donde comenzó su vida junto a María de Jesús, su madre. La tensión de desconocer su paradero expiró.
“Quiero que ellos paguen porque así como lo hicieron con mi hijo, qué no pueden hacerle a la sociedad, personas como ellas no pueden estar libres. Me fui a los extremos, los empecé a ventanear y creo que eso también hizo que trabajaran y buscaran a mi hijo”.
María sigue buscando justicia y colaborando en otros casos de desaparición cometidos en los últimos 13 años. Sus investigaciones, ajenas a cualquier protocolo institucional, le confirmaron que su hijo, Carlos, tenía una cita con su ex pareja, con Olga, en Xalapa.
A esta cita estaba anexado el nuevo novio de Olga, Óscar Sánchez Tirado conocido como “El Mesié”, y seis elementos de la Secretaría de Seguridad Pública (SSP) que fungían como escoltas del ex funcionario.
Carlos fue levantado en la puerta de la casa que compartió por algunos meses con Olga. Los escoltas de Óscar obedecieron la orden de su patrón, levantar al joven de 31 años y enviarlo a la casa de campo del exfuncionario, en el municipio de Actopan.
Con la insistencia e investigación de María de Jesús, madre de Carlos, la Fiscalía General del Estado (FGE) giró orden de aprehensión en contra de ocho personas, de las cuales, siete permanecen en el Reclusorio de Pacho Viejo. Un policía sigue prófugo.
“Estamos en espera, todavía no sé cuándo sea la otra audiencia, pero esperemos que dicten sentencia conforme a la ley, que no sean excusados del delitos. Hay pruebas de uno y de otro, ellos ya aceptaron la autoría, aceptaron su culpabilidad” insistió María.
Ella viste de negro. De su cuello cuelga una cruz de “San Benito”, medalla en plata que de acuerdo a la fe católica la protege del peligro. Las ojeras del rostro comienzan a desvanecerse. La tranquilidad de recuperar a su hijo, por lo menos, los restos y saber qué pasó la calma, pero busca justicia.
“Me impulsa lo mismo, así como me costó trabajo encontrar a mi hijo, hay muchas personas que están buscando a su familia, no saben qué es lo que pasó, que es lo que se hace, quiero contribuir a eso, exigir un poco más a la autoridad para que hagan su trabajo”.
Desde que Carlos no respondió mensajes y llamadas telefónicas, María inició la búsqueda por sus medios. En el lapso de conocer qué pasó, se topó con su nuera, Olga, a quien abandonó Veracruz y se fue a vivir a Sinaloa después de la desaparición.
Sin un peso en la bolsa, María documentó situaciones extrañas. Todas acumuladas en la carpeta de investigación UIPJ/DXI/15/174/2015.
“No me costó ni un centavo encontrar a mi hijo, las personas que me ayudaron lo hicieron así, de corazón. Nunca me chantajearon, ni extorsionaron las autoridades, tuve la fortuna de encontrarme con esa gente. Dios estuvo siempre conmigo y sigue conmigo para tener esa fortuna”.
Pregúntale sobre Olga, su exnuera, no generó molestia, tampoco rencor o anhelo de muerte. María resumió “No le deseo el mal, ni a ella ni a esas personas, sería condenarme a mí misma y enterrarme en algo que ya pasó. De todas maneras, no me van a devolver a mi hijo”.
Sus indagaciones no daban resultados. Insistió bajo presiones a la autoridad estatal que en 2015 era representada por Luis Ángel Bravo Contreras, al frente de Fiscalía General del Estado (FGE).
“Juntar todas las evidencias para que el anterior fiscal no hiciera nada, teniendo las pruebas para que detuvieran a las personas que le hicieron tanto daño a mi hijo”, recordó en varias ocasiones María.
Hasta el miércoles 20 de septiembre del 2017, dos años después, observó su insistencia al caso. José Óscar Sánchez Tirado y su pareja, Olga Hebe Jiménez Noya, fueron detenidos por agentes de la Policía Ministerial en el fraccionamiento Pacífico de la ciudad de Mazatlán del estado de Sinaloa.
Con su aprehensión, enviados inmediatamente a una sala de juicio oral en el distrito Judicial de Pacho Viejo, a un costado del Reclusorio Zona 1 en Xalapa, bajo el proceso penal 214/2017.
Los siete presuntos responsables que aceptaron su culpabilidad en las dos únicas audiencias orales realizadas permanecen tras las rejas, compartiendo patio con otros ex funcionarios del sexenio priista de Javier Duarte de Ochoa, también detenido en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México.
María recalcó que la investigación e inicio de proceso penal arrancó con negligencia. Desde que Carlos desapareció el 15 de septiembre del 2015, personal del Ministerio Público en Xalapa le rechazaban interponer la querella.
“No había quien me tomara la denuncia, me mandaron a llamar al otro día, luego que tenía que traer fotografía, fueron tantas cosas que no se hicieron al momento. Yo tuve que buscar a mi hijo”.
La ficha quedó con fecha del 19 de septiembre, cuatro días después de la desaparición de Carlos. Su cuerpo o restos de ellos no figuraron por más de 700 días.
Servicios Periciales de Xalapa recibieron a Carlos, pero no lo registraron, tampoco compararon sus particularidades con la ficha de desaparición.
Carlos Bautista López experimentó lo mismo que Gemma Mávil, joven desaparecida el 3 de mayo del 2011 y ubicada presuntamente en la vía pública, sin vida. Dos periciales extraviaron su cuerpo.
“La búsqueda es fundamental, más en periciales, aquí es donde más nos ha dañado a todas las personas que sufrimos de una desaparición, son los que más daño nos han hecho”.
“Mi prueba está en que mi hijo pasó por periciales, había denuncia, no hicieron comparativo para la ropa y todo, no lo hicieron. Es una violación tan grande con todos, así como lo hicieron conmigo lo han hecho con otros casos”, criticó María.