México.- No importa que tus zapatos sean de tacón o unas cómodas deportivas. Los callos pueden hacer acto de presencia con todo tipo de calzado y a cualquier edad. Tampoco podemos pasar por alto que cada persona tiene una particularidad, un tipo de pie y una mayor o menor sensibilidad.
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Estas son las principales razones por las cuales suelen aparecer:
Cuanto más puntiagudos sean los zapatos, mayor probabilidad tendremos de que aparezcan los callos.
Ten en cuenta también tu propia anatomía del pie. Si tienes juanetes lo más probable es que los sufras de forma regular.
Si tienes lo que se conoce como “pie griego” es decir, el segundo dedo del pie más largo de lo normal, también cabe la posibilidad de que tengas que hacer frente al problema de los callos.
Debemos tener cuidado también con la cantidad de horas que pasamos al cabo del día con un calzado muy cerrado.
¿Qué son los callos?
Los callos son una capa gruesa de piel endurecida que aparece con el fin de dar protección y resistencia en una zona del pie donde ejercemos una presión continua o mucha fricción.
Es, por lo tanto, piel muerta con un núcleo central formado por queratina endurecida, la cual, al ejercer una pisada, causa un gran dolor. Los callos suelen aparecer debajo del talón, o en la zona de los juanetes, es decir, en el dedo gordo.
Beneficios de la leche para conseguir unos pies suaves y sin callos
Leche colocada en una tabla
La leche forma parte de nuestra dieta desde hace mucho tiempo. Dejando a un lado el hecho de si somos intolerantes o si la digerimos mal, es ya tradición el incorporarla a nuestra nutrición cotidiana.
Sin embargo, si hay algo que conocían los romanos y los egipcios desde tiempos inmemoriales es que los baños de leche ayudan a mantener una piel joven, tersa y hermosa.
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Son muchos los laboratorios que trabajan en la actualidad diseñando maravillosos productos de belleza donde incluir el ácido láctico.
El ácido láctico mejora la textura de la piel y el nivel de hidratación. Se trata de un ácido alfa-hidróxido que retira las células muertas de la piel y las renueva.
De hecho, es capaz de llegar hasta las capas más profundas para limpiar y tonificar, y por eso se alza como un remedio ideal para los callos.
La leche es humectante, muy adecuada para tratar los pies o los talones muy secos.
El uso de la leche para conseguir unos pies suaves y sin callos es algo tradicional que puede acompañarse a su vez por algún elemento que actúe como exfoliante: avena, sal…
Toma nota a continuación de cómo debes preparar este sencillo remedio.
Remedio con leche y sal para conseguir unos pies suaves y sin callos
Pies de mujer sobre un recipiente
Ingredientes
1 litro de leche
3 cucharadas de aceite de oliva (unos 50 g)
100 g de sal gorda
Preparación
En primer lugar calentaremos la leche. Sin que llegue a hervir, debemos dejarla a una temperatura tibia, donde no sea agradable sumergir los pies, sin pasar frío pero sin quemarnos.
Prepara la tina donde te permita poner los pies con tranquilidad y permanecer así durante 20 minutos. Procura relajarte.
Ahora, cuando la leche y el ácido láctico ya esté dentro de nuestra piel y hayan suavizado esa zona más rebelde donde tenemos los callos, pasamos ya a exfoliar la piel de los pies.
Para ello, vamos a mezclar en un recipiente el aceite de oliva con esos 100 gramos de sal gorda. Una vez lo tengas listo, coloca esta mezcla en tu manopla de baño. De esta forma te será mucho más fácil ejercer la exfoliación.
Nos vamos ya a esas partes más ásperas y problemáticas del pie, donde, por lo general, se localizan los callos: la planta del pie o los dedos pequeños o gordos. Exfolia de forma cuidadosa con nuestra mezcla a base de sal gorda y aceite de oliva.
Una vez hayas terminado de hacer el masaje con tu manopla, vuelve a sumergir los pies en la tina de leche tibia para retirar el aceite de oliva y la sal de tus pies.
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