Malecón del Paseo/ Luis Velázquez/ El Piñero
EMBARCADERO: Se vive y padece el peor de los tiempos…
Por ejemplo, en Veracruz, ya nadie, parece, o cuando menos trasciende, está muriendo por muerte natural…
Antes, mucho antes, los ancianos fallecían de un síncope cardíaco o males de la próstata…
Incluso, por un accidente casero…
Ahora, sin embargo, y desde hace más de un año, un revés a la muerte…
La mayor parte está muriendo, primero, por el oleaje fuera de control, ingobernable, de la violencia…
segundo, por el COVID…
Hemos, por ejemplo, trascendido los 8 mil 500 muertos por el desastre epidemiológico, nunca antes visto en cien años, es decir, durante diez generaciones, considerando que cada generación dura diez años…
ROMPEOLAS: Muchas enseñanzas está dejando el COVID, entre otras, mirar la vida y la muerte de forma diferente…
Más, mucho más, la muerte… Antes, la muerte de un familiar estaba convertida en una pachanga amical…
De hecho y derecho, una kermés…
El escribidor, por ejemplo, nunca ha olvidado, desde hace 21 años cuando falleciera su señora madre, las estruendosas carcajadas de unos vecinos, hombres, jugando baraja en la madrugada y echando licor…
Es la hora más difícil cuando se está velando el cadáver de un familiar, pues y por lo general solo acompañan unas cuantas personas, máximo, unas cinco…
Y, en contraparte, el resoplido de aquellas carcajadas es como puñal atravesando el corazón y perforando las neuronas…
ARRECIFES: Ahora, y por fortuna, gracias al COVID las personas mueren en el hospital o en casa y de inmediato se avisa a la funeraria para que vaya por el cadáver y lo creme luego luego y entregue las cenizas en una urna…
Incluso, la persona fallece sin despedirse de los suyos…
Es decir, nada de velatorio ni tener el cadáver ahí tendido, en la sala de la funeraria o de la sala durante un número determinado de horas en tanto el dolor y el sufrimiento se multiplican y la gente se divierte como en un pachangón…
ESCOLLERAS: Algún día, sabrá el chamán epidemiológico la fecha posible, el coronavirus se irá…
Pero su filosófica enseñanza de cremar el cadáver quedará como una nueva cultura…
No más kermeses…
No más palenques mortuorios…
No más carcajadas batientes en la madrugada cuando los hombres juegan barajas y se embriagan…
No más chismerío…
Lo peor: durante las horas de velación, el muerto se convierte en santo y en alma pura y en el ser humano perfecto, el mejor entre los mejores que era en vida…
PLAZOLETA: Edmundo Valadés escribió novela imborrable…
Se llama “La muerte tiene permiso”…
Y la muerte en Veracruz cabalga en jinete brioso del Apocalipsis…
El COVID se irá, esperemos, con todo y que desde el poder anuncian el regreso a clases presenciales a partir del próximo ciclo, desafiando a la muerte…
Pero desde hace más de veinticinco años, el tiradero de cadáveres por la violencia forma parte del paisaje urbano, suburbano, indígena y campesino…
Y hay días y noches cuando se cree y siente que será para el resto de la vida…
PALMERAS: Los seres humanos estamos expuestos a padecer tres mil enfermedades en el transcurso de una vida…
Y existen de las más raras y extrañas… Y con todo y pandemia la gente sigue muriendo de…
Pero al mismo tiempo, la avalancha de la muerte violenta y la muerte epidemiológica ocupa las pláticas de boca en boca y de los titulares de los medios en portada…
Las muertes por otros males han pasado a segundo término…
