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¡¡No es un simulacro, evacúen!! “Nos dio mucho miedo e imaginamos lo peor”: veracruzanos

El Piñero

Roberto Valerde García / Noreste

Xalapa, Veracruz | 19 septiembre 2017.- Eran las 13:14:40 minutos de este martes, cuando en los 212 municipios del estado de Veracruz se realizaban con normalidad las actividades cotidianas, principalmente en las escuelas del estado donde muchos padres estaban recogiendo a sus hijos y otros miles de estudiantes, por sí solos iban rumbo a sus hogares, cuando un sismo con magnitud de 7.1 grados Richter comenzó a sacudir comercios, casas, edificios públicos y privados.

¡¡Padre nuestro protégenos!! Empezaron a gritar varias mujeres alarmadas en el centro de Poza Rica que, confundidas, no sabían si correr o quedarse paradas.

Martes 19 de septiembre de 2017, día de simulacros y platicas de protección civil para conmemorar el 32 aniversario del terremoto de 8.1 grados que un día como hoy sacudió a la Ciudad de México, derrumbando muchos edificios y enlutando a la nación con más de tres mil muertos, según las cifras oficiales, aunque las extraoficiales llegaron a mencionar hasta 20 mil víctimas y pérdidas materiales por más de ocho mil millones de dólares.

¡¡No, no es un simulacro, evacuen de inmediato!!, alertaba personal de seguridad del palacio de gobierno en la capital del estado y despavoridos los empleados salieron hacia el Parque Juárez, la calle Enríquez y la Plaza Lerdo.

Casi seis minutos después, el reloj ya marca las 13:20 de la tarde y nuestros corresponsales en las principales ciudades del estado nos reportan que la gente sigue congregada en las calles de Xalapa, Coatepec, Orizaba, Córdoba, Fortín, Ixtaczoquitlán, Martínez de la Torre,  Gutiérrez Zamora, Papantla, Cazones, Poza Rica, Tuxpan, Álamo, Tihuatlán, Coatzintla, Naranjos.

Hasta el momento en que se redactaba esta crónica no se sabe con exactitud la duración del movimiento, se estima que duró poco más de dos minutos, quizá tres, pero fueron interminables, parecía que el sismo no tenía fin, desde la calle pudimos observar como los edificios, postes de luz, semáforos y torres de telefonía celular se mecían y en instantes parecía que iban a derribarse.

Todas las actividades se paralizaron por al menos 15 a 20 minutos, todo mundo abandonó sus puestos de trabajo, hasta los empleados bancarios suspendieron sus operaciones y salieron de los edificios por su propia seguridad. En las principales plazas comerciales las tiendas se quedaron vacías, clientes y empleados se apresuraron a ponerse a salvo.

Después de los graves daños ocasionados por el pasado sismo del 7 de septiembre en los estados de Oaxaca y Chiapas, así como por las más de mil réplicas que se sintieron en los días subsecuentes, los mexicanos en general tienen miedo, hay alarma, de tal suerte que este martes, entre el “no corro, no grito, no empujo” todos querían ser los primeros en alcanzar una zona segura y estar fuera de los edificios que se mecían.

“Nos dio mucho miedo e imaginamos lo peor”, palabras más, palabras menos, fue el común denominador de los veracruzanos entrevistados, lo mismo en el sur, el centro y el norte del estado.

¿Qué viene?, ¿qué nos está tratando de decir nuestro planeta?, ¿cuándo?, ¿será de día o de noche?, eso no lo sabemos, pero son interrogantes que ayer, después del sismo, se formulaban muchas personas, lo que sí sabemos es que debemos conservar la calma, no generar psicosis, pero estar prevenidos para cualquier eventualidad.

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