Francisco Vásquez
Oaxaca, México.- Noches mágicas se viven en Oaxaca con el inicio de las fiestas de diciembre, las cuales son aprovechadas por cientos de visitantes locales y extranjeros para adentrarse en el goce de la gastronomía y demás riqueza cultural que caracteriza a los oaxaqueños.
Las fiestas decembrinas arrancan con las celebraciones a la Virgen de Juquila, las cuales inundan a los pueblos y la ciudad con calendas, convites y procesiones que dan pie a los festejos en honor a la Virgen de la Soledad.
Las tradicionales posadas navideñas fomentan la unidad, convivencia y el respeto mutuo entre los habitantes que se enorgullecen de poner en alto a la Virgen de la Soledad, patrona de Oaxaca, con la algarabía de las calendas donde salen a relucir los monos, faroles, canastas y bailes regionales.
Con la cosecha de rábanos los artesanos preparan a los protagonistas de la mundialmente conocida Noche de Rábanos que se realiza el 23 de diciembre, posteriormente los días 24 y 25 se vive un cúmulo de emociones con los festejos con motivo del nacimiento del Niño Jesús y los preparativos para despedir al año viejo.
Una experiencia extraordinaria ofrece Oaxaca para quienes recorren sus calles y son testigos del misticismo de sus tradiciones, únicas en el mundo.