Crónicas de la ínsula/Cuauhtémoc Blas
Es una lastimosa paradoja festejar la Oaxaca Colonial y olvidar la de hoy. La primera es solo herencia de un patrimonio construido por gente de épocas pasadas. Exaltado por Manuel Toussaint por su belleza, sus templos soberbios, sobre todo el “ultrabarroco” de Santo Domingo, no debe nada a los oaxaqueños de hoy, sino a los antiguos.
Es un despropósito y un distractor echar 15 minutos las campanas al vuelo y gastar combustible en aviones del Ejército para los festejos en este 2023, así como cursis discursos, mientras dejan en el abandono a la Ciudad. El Centro Histórico merece fiestas, pero urge más atender la Oaxaca actual.
FESTEJO ENTRE RUINAS
Cumple Oaxaca su 491 aniversario bajo duras condiciones: crisis de la basura, de contaminación, del agua, de seguridad, de movilidad, de corrupción… Más de medio año sin basurero, luego de la mala negociación del Ayuntamiento con la gente de Zaachila, que llevó a su cierre.
Si lo anterior ya es una difícil problemática de salud, se torna más grave con el tácito permiso de la autoridad municipal a camioneros particulares del sindicato CATEM para depositar miles de toneladas de basura sobre 250 metros de las márgenes del Río Atoyac, y que los eliminen con incendios para liberar espacios, como sostiene la gente de la Central de Abastos.
El daño a la salud de las personas que trabajan o transitan por ahí es inminente, incluso para otras poblaciones, pues el humo y las partículas que se desprenden de estos incendios llegan a otros municipios. No hay sanciones por parte de las autoridades locales y federales.
La indolencia es excesiva, pues se ha descubierto que hasta muy contaminantes residuos biológicamente infecciosos se queman ahí. Unos seis incendios se han suscitado, en una catástrofe minimizada que repercutirá en la población con enfermedades que pronto se manifestarán.
La autoridad municipal tiene otro basurero en las riberas del río para seleccionar la basura que, por su parte, recoge y envía a diversos lugares del estado y de otras entidades, en lo que dilapida ya más de 50 millones de pesos. Este se ubica al lado del Mercado de Abastos. Lugar concurrido, cerca de donde los camiones descargan verduras, frutas y flores.
No hay visos reales de solución a esta falla de la autoridad municipal en servicios que son de su responsabilidad. Desde hace mucho los especialistas insisten en que no debe construirse un basurero de grandes proporciones para 25 o más municipios, la ley establece que cada uno debe encargarse de sus servicios.
¿Qué población va a aceptar de buena gana que le instalen un macro basurero entre sus recursos naturales? No hay duda de que pronto se verían afectados, sobre todo los mantos freáticos. De aquí el rechazo al gran depósito de basura anunciado en Albarradas: Centro de Residuos.
SERVICIOS BÁSICOS OLVIDADOS
Otra obligación estipulada en la Ley Municipal es el servicio de agua, también de cada municipio, pero acá diluida en una oficina del gobierno estatal. Tampoco responde el ayuntamiento de Oaxaca ante la escasez del líquido para la población.
La seguridad es otro déficit; Oaxaca ya es la más violenta de la entidad. En movilidad no hay ningún plan municipal para siquiera paliar este problema agobiante, al contrario, sin planificación se cierran calles para comodidad del turismo.
Llega Oaxaca de Juárez a sus 491 años con el más caótico gobierno municipal. Renuncias y despidos de directores de área, de empleados y acusaciones de corrupción de miembros del cabildo.
Esos 800 vehículos de los ciudadanos que fueron sacados del encierro municipal y vendidos por empleados municipales, no se termina de investigar a pesar del escándalo y el tiempo transcurrido.
Desde mayo del año pasado se dio ese robo y a casi un año el presidente municipal, Francisco Martínez Neri, no se había enterado. ¿Qué los entretiene tanto si ni siquiera brindan los servicios básicos? Con efemérides y carnavales no se gobierna.
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