Redacción | El Piñero
Oaxaca.- En el año de 1989 surgió un problema social entre el sector campesino y productor de piña en el municipio de Loma Bonita, la puesta en operación de la paraestatal Cofrinsa inspiró desconfianza. Según el agricultor Antonio Alemán Arguelles, después de años de malos manejos técnicos y administrativos, era difícil creer que Cofrinsa pudiera cambiar radicalmente.
La situación era crítica, ya que el retraso en el inicio de operaciones de Cofrinsa había provocado una caída estrepitosa en el precio de la piña. Los cultivadores estaban conscientes del grave riesgo que corrían si la empresa no inicia inmediatamente la transformación del producto.
Raúl Rodríguez Jiménez, en aquel entonces presidente del Comisariado Ejidal de Loma Bonita, aseguró que si Cofrinsa cumplía con sus compromisos, se daría un gran paso en el rescate de la confianza campesina, de lo contrario se anticipaba el fracaso del programa piñero del Gobierno del Estado.
En este sentido, los campesinos también solicitaron la creación de oficinas municipales para regular los precios de la piña y evitar que los intermediarios se aprovechen de su desconocimiento. La organización y la honestidad fue clave para superar los problemas que enfrentan los productores de piña en Loma Bonita.
Fracaso de Cofrinsa
A 35 años de su creación, el gobierno permitió que sectores privados administraran la empacadora COFRINSA sin privatizarla completamente, lo que resultó en corrupción, saqueos, y finalmente su extinción total. Tal como lo anunciaron los campesinos desde su inicio.
A pesar de recibir maquinaria y tecnología de última generación, la empacadora terminó quebrando y en ruinas debido a la mala administración y saqueo de recursos, siendo su declive.