Redacción El Piñero | Corresponsalía
Oaxaca, Oax.- Carlos Alberto Vázquez Zurita alias “El Güero” o “El Ardillo” de 36 años de edad, es originario del municipio de Loma Bonita, en la región de la Cuenca, y también es ejemplo de que los milagros y fuerza de voluntad existen, inició su recuperación después de vivir 10 años sumergido en en mundo del alcohol y de las drogas.
“El Güero” creció en la Colonia San Pedro jugando fútbol con sus amigos, las adicciones hicieron que durmiera en la calle, recorriendo las 24 horas del día, con el escuadrón de la muerte Loma Bonita, vivió entre drogas y alcohol, tuvo recaídas por 10 años. “Cuando no era un trago, era un cigarro, un toque de mota, un pase, ya no quiero nada, primeramente está Dios, luego yo, y luego mi familia”, aseguró Carlos Alberto.
“Andaba de acá para allá, pero no andaba robando, andaba yo clavado en el vicio”, agregó. Para intentar dejar los malos pasos, Juan Carlos se fue a trabajar a la ciudad de Guadalajara, en el Estado de Jalisco, lugar donde viven sus padres, ahí recayó en la bebida y fumar marihuana, también buscó el amor pero nadie le hacía caso por sus adicciones.
Tiempo después decidió regresar a su tierra natal, en tren logró llegar hasta Irapuato, después consiguió que lo transportaran hasta el Estado de Michoacán, de ahí camino hasta la Ciudad de México y luego a Tierra Blanca, Veracruz, pidiendo dinero en las tiendas Oxxo, ingiriendo bebidas embriagantes y durmiendo debajo de los puentes.
Finalmente de Tierra Blanca caminó hasta Loma Bonita para buscar ayuda de Dios, los excesos empezaron a provocarle dolencia en el corazón y la cabeza, sus pies terminaron hinchados de tanto caminar, su esfuerzo tuvo frutos y en Loma Bonita encontró un grupo de Alcohólicos Anónimos (AA) que le brindaron su ayuda, actualmente lleva cuatro días sin consumir nada y espera continuar así, porque realmente busca recuperarse.
“Sí quiero vivir bien tengo que echarle ganas”, fueron las palabras de Carlos Alberto que regresó a tener fe en Dios y ahora espera continuar su recuperación gracias alcohólicos anónimos, convirtiéndose en un milagro y conocido personaje en el municipio Piñero.