Jaime GUERRERO
En México los más grandes bosques se encuentran en Durango, Chihuahua, Michoacán, Oaxaca y Jalisco. Están constituidos principalmente por pinos, aunque también hay encinos, cedros blancos y oyameles.
De acuerdo con datos del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi) Aportan más de 80 por ciento de la producción del país para la fabricación de papel, madera y muebles.
Mientras, la tala ilegal es un delito que ha rebasado a las autoridades federales y estatales debido a que grupos armados mantienen el control en los puntos de saqueo de madera.
A través de esta práctica anualmente obtienen ganancias al menos de mil millones de pesos.
Porfirio Chagoya Villanueva titular de la Comisión Estatal Forestal (Coesfo), señaló que, si bien se tienen detectadas algunas zonas de saqueo y de venta de madera, las instancias de gobierno como la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) y la Secretaría de Medio Ambiente y Recursos Naturales (Semarnat), no han podido frenar.
“Las áreas competentes no han hecho nada al respecto por falta de brigadas, personal o por temor a ciertos grupos que se dice ya son parte del crimen organizado… Es difícil para los entes de gobierno que no son policiales ni militares el hecho de poder lidiar con el crimen organizado puesto que no tenemos los recursos, ni infraestructura y mucho menos la capacidad para detener grupos armados”, expuso.
El mapeo realizado sobre Oaxaca indica que la Sierra Sur es uno de los lugares con mayor presencia de talamontes, mientras que una de las especies más amenazadas es el granadillo que se obtiene de la región de la Costa. Aquella madera es saqueada para su exportación a China y su utilización en los detalles de los autos de lujo.
El saqueo de madera -señaló el funcionario- está constituida en una práctica muy redituable para los talamontes. Se estima que el monto de lo obtenido mediante la tala ilegal es equivalente a lo que se obtiene con la tala legal. “Los grupos armados se han dado cuento de los benévolo que es el tema de la madera”, dijo.
Aunque no precisó un caso en concreto, indicó que hay localidades que trabajan con este tipo de grupos porque es una de las maneras que tienen para obtener ingresos para poder vivir, comer, mandar a sus hijos a la escuela y tener acceso a servicios de salud.
Chagoya Villanueva indicó que el rollo de madera de pino vale entre 1200 y 1500 pesos en el mercado legal. A la compra en el clandestinaje ese mismo rollo tiene un precio de 800 pesos y es vendido a aserraderos o a industrias en 1500 pesos.
Se estima que las ganancias que obtienen por la venta de madera talada de forma ilegal es similar a la que se genera de manera legal.
Oaxaca tiene ingresos por 2 mil 500 millones de pesos anuales por venta de madera legal por el aprovechamiento de 420 mil metros cúbicos de madera del millón que tienen autorizado.
De su lado, el Inegi afirma que en México se han cortado más árboles de los que se han sembrado, “los bosques no se han recuperado y existen especies que están en peligro de extinción como el oyamel y el ciprés en el caso de los bosques; y en las selvas la caoba y el ébano”.
Los bosques y selvas más afectados son los del sur del país especialmente los estados de Oaxaca, Chiapas, Campeche y Quintana Roo; y en menor proporción, Michoacán, Guerrero, Puebla y Morelos, afirma el Inegi.
De acuerdo con estimaciones de la Procuraduría Federal de Protección al Ambiente (Profepa) tres de cada nueve árboles extraídos de zonas boscosas de Oaxaca, son de tala ilegal, situación que ubica a la entidad dentro de los puntos rojos por saqueo de recursos maderables a nivel país.
La tala ilícita ha dado pie a la proliferación de aserraderos que no cuentan con permiso para trabajar la madera, sin embargo éstos son encubiertos incluso por las propias autoridades municipales y agrarias.
Mientras tanto, el mercado de abasto está constituido como uno de los principales puntos de venta de madera extraída ilegalmente de los bosques de Oaxaca, no obstante su comercialización se lleva a cabo de manera pública y sin restricción.
De acuerdo con datos de la Comisión Estatal Forestal (Coesfo), a este punto llega parte de la madera saqueada de la Sierra Sur, pero no se tiene un estimado de la cantidad que ingresa para su comercialización.