Por: Eugenio GONZÁLEZ | El Piñero
Oaxaca, México.- El Instituto Oaxaqueño Constructor de Infraestructura Física Educativa del Gobierno del Estado (IOCIFED) navega en una crisis inocultable: despilfarro, corrupción y escuelas con sellos de mala calidad exhiben el desastre administrativo de su titular Adolfo Maldonado, popularmente conocido como “Chiporra”.
Desde el interior de sus oficinas, trabajadores sindicalizados advirtieron grietas administrativas que, tarde o temprano, afectarán no solo a IOCIFED como institución sino, principalmente, a la niñez, a la población educativa, debido a que la construcción de aulas se realiza con material de ínfima calidad.
Los riesgos, precisan, están a la vista. Y si el titular Adolfo Maldonado mantiene la nociva conducta de ocupar el cargo para ejecutar cuestionables obras –realizadas con constructoras a modo— el saqueo podría aumentar y dejar como herencia aulas en condiciones críticas, vulnerables.
Por otra parte, establecen que el nivel de despilfarro se ha extendido en el IOCIFED a tal grado de que su equipo cercano emula sus agrias conductas, por ejemplo: las comilonas organizadas con finos whiskies, coñac, champaña y compañía femenina de amplio criterio para algunos y masculina para uno que otro.
De esta magnitud, acusan, es el desastre, sin contar aquellas escuelas que resultaron dañadas por los sismos y que sobreviven gracias al empeño de padres de familia que en el IOCIFED fueron ignorados y advertidos sobre la inexistencia de recursos para rehabilitarlas.
No obstante, agregan, mientras se niega el recurso para las aulas, para los niños, el futuro del estado, la escandalosa riqueza pues, jugo de las obras, aumenta en los bolsillos de “Chiporra”, aprovechando la confianza del gobernador Alejandro Murat y desafiando a todo aquel que se interponga a sus intereses.
Urge golpe de timón, claman. Aunque sea ya en el último año que, aseguran, puede rescatarse parte de lo que Adolfo prevé llevarse.