Carlos Tirado
Asunción Ixtaltepec, Oaxaca.- Muchos son los militares que han caído en cumplimiento de un deber que les fue conferido al rebasar los grupos delincuenciales a los cuerpos de seguridad pública.
La tarea no es fácil, ya que los maleantes cuentan con armas de alto calibre y no se tienen que cuidar de cumplir protocolos de uso de la fuerza o de violar derechos humanos de quienes se comportan como bestias y poco les importa si los soldados tienen derechos humanos o si son padres de familia a la que tienen que mantener.
Son muchos los caídos en enfrentamientos en donde la ventaja la llevan los narcotraficantes que no están sujetos a nada, ni a nadie y que atacan por sorpresa no para detener si no para matar, masacrar a los elementos no solo de las fuerzas Armadas, sino también de policías federales, estatales y municipales estos últimos, que son quien están peor ya son lo que se encuentran sin equipo, sin armas y sin adiestramiento.
Esto ante lo sucedido en un ataque cobarde en una zona ejidal sobre la carretera nacional 24 cerca de los límites de los municipios de Matamoros y Valle Hermoso en Tamaulipas en donde un grupo delictivo emboscó a los elementos militares con el resultado de dos miembros de las fuerzas castrenses muertos y al repeler la agresión, un miembro de la delincuencia organizada cayó muerto.
Otras cinco más resultaron lesionados por efecto del enfrentamiento entre el ejercito y sujetos armados fuertemente que iban en camionetas.
El ataque fue sorpresivo los maleantes tiraron sobre el convoy militar y a los impactos el camión militar cayó en un Canal revestido de cemento y fue donde pierden la vida los dos militares.
Entre el personal del 106 batallón de infantería iba un paisano, originario de Asunción Ixtaltepec, quien respondía al nombre de Juan Carlos García, vecino de la Cuarta sección en Ixtaltepec, Oaxaca, y con grado de sargento, quien perdió la vida en este sangriento ataque y que fue ya sepultado con honores militares, en su natal Ixtaltepec.
¿Dónde están ahora, las organizaciones gubernamentales y no gubernamentales que se rasgan las vestiduras cuando un soldado abate a un delincuente en defensa de la sociedad y de su propia vida?
¿Donde estas aquellos que claman justicia para los delincuentes asesinos, para las bestias sin entrañas que envenenan a la juventud con las drogas, que mantienen a una sociedad aterrorizada por los secuestros, robos, asaltos, muertes violentas y se dedican al tráfico de armas, drogas, la trata de personas y chantajes para evitar ser agredido?
Por un soldado caído no dicen nada, callan y aceptan ahí si, “daños colaterales” no salen a hacer marchas para ayudar a la familia, a los hijos de los militares que queda sin su padre y sin su sostén.
Para ellos no hay derechos humanos, para ellos no hay reclamos de justicia y permanecen en el olvido de estas organizaciones que probablemente hasta estén financiadas por el narcotráfico para que sus elementos salgan libres a base triquiñuelas legaloides.
Y hay que decirlo, en este enfrentamiento una vez controlada la situación los mismos elementos castrenses prestaron el auxilio necesario a los delincuentes lesionados para salvarles la vida pero tampoco hay reconocimiento para esta labor humanitaria de quienes fueron las víctimas de la agresión y ayudan a sus agresores.