Redacción El Piñero | Corresponsalía
Nuestro hígado es el órgano encargado de eliminar las toxinas de nuestro organismo y también puede enfermarse. La nutricionista Anna Hernández nos cuenta cómo podemos proteger a nuestro “héroe silencioso” que es el hígado, a través de la buena alimentación.
El hígado graso se presenta cuando el 5%, o más del peso del hígado, es grasa. Esto ocurre porque hay una ingesta excesiva de grasas, o dieta alta en calorías, cuando hay obesidad, o por resistencia a la insulina, o debido a consumo excesivo de alcohol.
Hay dos tipos de hígado graso: uno es causado por el consumo excesivo de alcohol, y el otro es el no alcohólico que es el más común y está relacionado con malos hábitos alimenticios. Si no se detecta a tiempo, deriva en inflamación, fibrosis o cicatrización, incluso cirrosis o cáncer de hígado, con este último no hay vuelta atrás. Así que es importante acudir con el médico lo antes posible.
El problema es que muchas veces en las primeras etapas no hay síntomas, después se puede empezar a sentir, cansancio constante, dolor en el lado derecho del abdomen, color amarillento en la piel y ojos, esto ya cuando está en etapa avanzada.
Un tratamiento nutricional es posible en etapas tempranas de un hígado graso, y también para prevenir que este se presente. Es importante reducir el consumo de grasas saturadas y azúcares, dejar las frituras y refrescos, aumentar el consumo de fibra, frutas y verduras, cereales integrales que ayudaran a desinflamar.
Así mismo es necesario consumir proteínas magras, como pollo, pescado y leguminosas, así como evitar el consumo de alcohol que es tóxico sobre todo para un hígado debilitado, y lo más importante es incluir ejercicio regular para mejorar la salud metabólica.
Cuida tu hígado y cuida de ti, lo necesitas porque es un héroe silencioso que necesita tu ayuda para seguir trabajando adecuadamente en tu cuerpo, nos aconseja la nutrióloga Ana Hernández.