Redacción El Piñero | Corresponsalía
En Oaxaca, la administración de Salomón Jara Cruz parece estar dando pasos peligrosos hacia la censura y el control de sus trabajadores. La reciente denuncia sobre la exigencia de cuentas personales de Facebook a los empleados de la Secretaría de Fomento Agroalimentario y Desarrollo Rural (SEFADER) es un acto que no solo viola la privacidad de los trabajadores, sino que atenta contra su derecho a la libertad de expresión.
Solicitar perfiles y monitorear las actividades en redes sociales bajo el pretexto de “controlar” la interacción con las publicaciones oficiales suena más a una estrategia para silenciar críticas que a una medida de gestión. Es un retroceso preocupante en términos de derechos laborales y democracia, donde las redes sociales se convierten en un espacio controlado más por el Estado que en un medio de libre expresión.
La instrucción, según se informa, fue emitida por la Jefa del Departamento de Producción de Contenidos, Perla Fuentes Sánchez, quien pidió nombres, números telefónicos y perfiles de Facebook del personal a Subsecretarios y Directores. Esta solicitud no solo refleja un abuso de autoridad, sino una creciente intolerancia hacia cualquier señal de disidencia.
El gobierno de Salomón Jara, que se presentó como el emblema de la transformación y el progreso, parece estar deslizándose hacia el autoritarismo. Los oaxaqueños merecen un gobierno que respete y promueva los derechos de sus ciudadanos, no uno que emplee estrategias propias de un régimen totalitario para evitar críticas.
Si la administración estatal no corrige este rumbo, corre el riesgo de pasar a la historia no como un gobierno de cambio, sino como un capítulo oscuro de control y represión. La democracia no solo se sostiene en promesas, sino en acciones que garanticen el respeto a los derechos fundamentales. Oaxaca merece más que palabras vacías; merece liderazgo, transparencia y respeto.