Luis Velázquez/ Barandal
Veracruz.- EMBARCADERO: La tozudez del gobernador Yunes es más terca que la de AMLO, el presidente electo.
Mientras el tabasqueño ya abandonó su discurso de “la mafia en el poder”, Miguel Ángel Yunes Linares sigue firme, inalterable, en sus obsesiones.
Nada más importante en su vida pública y hasta personal que refundir más en la cárcel a Javier Duarte, acusándolo de desaparición forzada, el famoso delito internacional de lesa humanidad, derivado de la alianza de los políticos, jefes policiacos y policías con los carteles y cartelitos para desaparecer personas.
Y encarcelar a Karime Macías, su otra obsesión, para lo que sigue insistiendo a la secretaría de Relaciones Exteriores y a la Procuraduría General de la República, PGR, para extraditar a Karime de la Gran Bretaña, donde vive en Londres, una de las ciudades más caras del mundo.
Y su obsesión por enviar a la prisión a los ex diputados Antonio Tarek Abdalá y Alberto Silva Ramos, el primero de los cuales convertido en testigo protegido de la PGR denunciando y documentando las tropelías de Karime, la esposa de Duarte, y que lo llamaba “mi hermano”.
Y encarcelar, además, a Moisés Manzur, el prestanombre de Duarte, a quien Karime (“Merezco abundancia, merezco abundancia”) llamaba “El Moy”.
PASAMANOS: Faltan seis semanas y medio para el fin de su periodo constitucional y Yunes sigue empuñando la bandera de la justicia contra los políticos acusados de pillos y ladrones y desvío de recursos y delincuencia organizada y asociación delictuosa y creación de empresas fantasmas, sin que nada lo arredre.
Durante casi dos años la pasión desaforada por hacer justicia lo ha consumido, a tal grado que tiene a más de treinta ex servidores públicos (como ahora les llaman) en el penal de Pacho Viejo.
Además, unos 355 ex funcionarios acusados por su Contraloría y su ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, en la Fiscalía, y aun cuando, todo indica, el tiempo será insuficiente, quedará el pendiente en la cancha de Jorge Wínckler, advertido ya, por cierto, por los 29 diputados locales de MORENA y el gobernador electo, Cuitláhuac García, de que será sometido a juicio político apenas tomen posesión.
Y, por tanto, ya se vería si la Cuitlamiña obradorista consume la posibilidad, y de ser así, ni hablar, el riesgo de que todos los duartistas acusados pudieran, digamos, encontrar el paraíso terrenal y ser liberados unos, y otros, exonerados.
Pero si Wínckler y Marcos Even, el Fiscal Anticorrupción, y el Fiscal de los Desaparecidos, Eduardo Coronel junior, la libran, entonces, aunque la pradera esté incendiada los próximos 6 años entre los obradoristas y los wincklerianos, el Fiscal estará obligado a sacar adelante las obsesiones yunistas.
CORREDORES: Hay además varios duartistas prófugos de la justicia.
Uno de ellos, el ex subsecretario y secretario de Finanzas y Planeación, Carlos Aguirre Morales.
Y el otro, el ex subsecretario y secretario de Seguridad Pública, José Nabor Nava Olguín, por quien la yunicidad sigue ofreciendo “hasta un millón de pesos de recompensa”.
A estas alturas ninguna duda hay de que algunos duartistas ya la libraron, entre ellos Érick Alejandro Lagos Hernández, Adolfo Mota Hernández y Jorge Alejandro Carvallo Delfín, quienes junto con Alberto Silva formaban parte de los guardias pretorianos de Duarte y quienes ni el viento dejaban pasar entre ellos.
La fama pública registra que el cuarteto se enriqueció, uno más que otros, como, por ejemplo, según se afirma en el pasillo político Lagos salió más rico que Carvallo aun cuando Carvallo es más ostentoso, y sin embargo ninguno de los tres fue tocado por la yunicidad.
Y en la lista también habría de anotarse a los todavía diputados locales, Juan Manuel del Castillo y Vicente Benítez, pero, bueno, en el carril público se afirma que todos ellos traicionaron a Duarte y desembucharon versiones, papeles y documentos en su contra a cambio de la impunidad.
Sea como sea, el gobernador sigue firme, obsesionado, atrás de los grandes pendientes.
BALAUSTRES: Incluso, pareciera que el camino de Yunes y de AMLO se están bifurcando con los bienes embargados a Duarte.
Por ejemplo, el grupo parlamentario de MORENA en el Senado de la República ha propuesto que los recursos y bienes asegurados o decomisados a los narcotraficantes y otros miembros de la delincuencia organizada sean destinados a las secretarías de Salud, Educación y Bienestar.
El senador Ricardo Monreal, por ejemplo, reveló que el Poder Judicial tiene con tales fondos un fondo de apoyo a la administración de la justicia de casi tres mil millones de pesos, “la mayoría producto de bienes decomisados en procesos federales” (La Jornada, Andrea Becerril y Víctor Ballinas).
Y, bueno, con la misma visión política, Yunes Linares también ha destinado los recursos y bienes incautados a Javier Duarte, incluidos los ranchos “El faunito” en Fortín y “Las mesas” en el Valle de
Bravo, aun cuando se le está escapando la lancha italiana de 9 millones de pesos comprada por Duarte con recursos públicos para su gozo y placer y cuya pista ha perdido la PGR.
La obsesión de Yunes es un acto elemental de justicia, simple y llanamente, justicia, aun cuando el carril priista le han llamado persecución política.
Con todo, el tribunal popular está de lado de Yunes Linares.