Redacción El Piñero
Las comunidades triquis en Oaxaca han sido sacudidas por una nueva ola de violencia que dejó como víctimas al reconocido entrenador Rigoberto Martínez Sandoval y a las hermanas Virginia y Adriana Ortiz García, artesanas y militantes del Movimiento de Unificación de Lucha Triqui (MULT). Martínez, famoso por su papel en 2013 como entrenador del equipo infantil de básquetbol de niños indígenas triquis que lograron reconocimiento nacional e internacional jugando descalzos, fue asesinado a tiros el lunes pasado cuando salía de la escuela normal presidente Lázaro Cárdenas en Putla de Guerrero.
El asesinato de las hermanas Ortiz García tuvo lugar el miércoles anterior en la capital del estado de Oaxaca. Ambas mujeres eran también integrantes del MULT y fueron víctimas de un ataque armado que dejó a la comunidad en luto. Estos crímenes se suman a un número creciente de asesinatos, desapariciones y ataques que afectan a las comunidades triquis, regiones que la Fiscalía estatal señala como atrapadas en disputas por recursos naturales y territorios.
El dirigente estatal del MULT, Octavio de Jesús García, describe el asesinato de Martínez Sandoval como “un golpe muy fuerte para la niñez en la región triqui,” señalando la preocupante frecuencia de los ataques. Desde 2019, la organización cuenta 34 asesinatos, múltiples heridos y al menos cuatro personas desaparecidas, agravando una situación que ya suma décadas de violencia y conflicto territorial en la región.
El MULT, creado en 1981 para defender los derechos de los triquis ante el despojo de tierras, acusa a antiguos y actuales actores políticos de sembrar la división y exacerbar la violencia mediante el armamento y la manipulación de comunidades indígenas. A estos conflictos internos se suma la ruptura en 2006, cuando surgió el Movimiento de Unificación de Lucha Triqui Independiente (MULTI), al que el MULT acusa de estar detrás de los recientes ataques. Sin embargo, el MULTI ha negado estas acusaciones en un comunicado, calificándolas como una “burda manipulación política” que intenta desviar la atención de los problemas reales en la región.
La tragedia ha dejado a la comunidad triqui en luto y en medio de un conflicto complejo, con llamados de los líderes y familiares de las víctimas para que se haga justicia y se ponga fin a la violencia que asola sus pueblos originarios.