Aldesa, la empresa española que construyó el tramo donde se abrió un socavón en el Paso Exprés de Cuernavaca, también fue la encargada de construir la primera etapa del distribuidor vial Benito Juárez en León, Guanajuato, mismo que no se ha puesto en operación pese a que debió estar en funcionamiento desde finales del 2016; ello, debido a múltiples fracturas en el asfalto, fallas en el sistema hidráulico y hasta lozas levantadas.
Con una adjudicación de 700 millones de pesos, en julio del 2014 la constructora Aldesa arrancó las obras con una inversión inicial de 200 millones de peso.
Sin embargo, en junio del 2015 supervisores de Obra Pública Municipal detectaron que las losas del nuevo pavimento en la vialidad presentaban fallas estructurales y fisuras profundas, por lo que se dio aviso al gobierno federal.
Fue hasta siete meses después cuando la empresa se vio obligada a reponer todo el piso dañado y, para entonces, la Secretaría de Comunicaciones y Transportes (SCT) dio por terminado el contrato con la constructora española.
Al obtener la adjudicación, la constructora presumió que dicha obra permitiría cruzar de manera continua el entronque con el bulevar Clouthier, (al norte de la ciudad de León) con lo que se aseguraría un mejor flujo vehicular en la zona por la que diariamente transitan más de 33 mil autos, se acortarían los tiempos de recorrido y brindaría mayor seguridad a los usuarios, pero hasta la fecha, eso no lo han podido cumplir.
Actualmente y de acuerdo con publicaciones de medios locales, los ingenieros residentes que intentan terminar la obra reconocieron que no se tuvo en cuenta la situación hidrológica, ya que de la parte alta del cerro bajan grandes volúmenes de agua, las fuertes corrientes arrastran materiales y todo lo que se encuentra al paso, a tal grado que destruyeron algunas áreas verdes.
El distribuidor vial consiste en la construcción de dos cuerpos elevados de seis carriles (tres por cada sentido de circulación) con un ancho de 12 metros por cuerpo y una longitud de 1.2 kilómetros.
En esa primera etapa del distribuidor vial, Aldesa comenzó a construir el puente que conecta el bulevar Morelos con el Clouthier, con una extensión de 430 metros lineales y 8 de ancho, pero sólo construyó una parte y aún hay una plataforma inconclusa.
Desde entonces, la inauguración de la obra ha sido retrasada en tres ocasiones. Después de la participación fallida de la española Aldesa, la SCT decidió darle la segunda etapa de la obra a la empresa hidalguense Alvarga Constructores, que también tuvo retrasos.
Las obras quedaron suspendidas tres meses y fue hasta marzo del 2016 cuando la SCT anunció que realizó la entrega física del distribuidor vial al Grupo Hidrovías y Carreteras, que obtuvo la licitación para la construcción de la tercera etapa de este proyecto.
Actualmente la edificación está a cargo de dos empresas: Construcciones y Dragados del Sureste (CYSSSA) y Jaguar del Sureste, ambas de Chiapas, y aunque no está terminado, ya luce con daños y problemas.
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