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Otro filme sobre migrantes

El Piñero

  • Iñárritu en tercera dimensión
  • Realidad virtual en el cine

Malecón del Paseo

Luis Velázquez

Veracruz.- EMBARCADERO: El cineasta Alejandro González Iñárritu (ganador de cuatro Oscares) ha lanzado un cortometraje sobre los migrantes, pero con una extraordinaria novedad, como es, según se entiende, en tercera dimensión, pero más, mucho más real… El famoso y exitoso cineasta en Estados Unidos y Europa, experimenta con lo que se llama la realidad virtual… El slogan dice: “Virtualmente presente y físicamente invisible”, de tal modo que, de pronto, mirando el filme pareciera que el espectador va caminando en medio del desierto, por ejemplo, al lado de los indocumentados y todas y cada una de las vivencias y experiencias sufridas y padecidas el cinéfilo también las siente, como dice el clásico, “en carne propia”… Es como si el ciudadano común y sencillo (que es la mayoría de la población) se convirtiera, de pronto, en el mismo migrante… Caso, por ejemplo, la película “Desierto”, con Gael García Bernal, donde un ex soldado norteamericano que estuvo en la guerra va matando a los ilegales uno por uno… O como una película de un ilegal atravesando el río Bravo al mismo tiempo que trata de eludir las poderosas luces de los aviones de Estados Unidos que rastrean sus pasos… La experiencia sensorial que ha lanzado González Iñárritu se llama “Carne y arena” y se exhibe en la Ciudad de México en unas salas donde las paredes están pintadas de blanco y “hay un frío que cala”, mientras en tercera división va mirando el cruce de un migrante en el desierto, por ejemplo… Entonces, el cinéfilo siente que él mismo es el indocumentado que camina en búsqueda de un destino personal, familiar y social que lo llene de dignidad… En la sala donde exhiben el filme han sido colocados cientos de zapatos, todos, desperdigados, gorras y cachuchas, ropa interior, que constituyen un símbolo, pues significa que son los rastros que los migrantes han dejado tirados en el tortuoso camino al Gólgota…

 

ROMPEOLAS: En “Carne y arena” (estrenado ya en Cannes, listo para exhibirse en París y Atenas) hay seis minutos donde el migrante camina en el desierto de Sonora (ahí mismo filmaron la película “Desierto”), basados “en los testimonios de migrantes provenientes de Guatemala, Honduras, El Salvador y México” (El País, Luis Pablo Beauregard)… Y entre tales ilegales algunos que pasaron por Veracruz en su viaje de América Central a Estados Unidos; el territorio jarocho considerado como “el cementerio más largo y extenso de migrantes en México” con su eje de la muerte integrado por Coatzacoalcos, Acayucan, Medias Aguas, Tierra Blanca y Córdoba-Orizaba… Y que, incluso, llevó al sacerdote José Alejandro Solalinde funda en Acayucan una filial de su albergue “Hermanos en el camino”… El Acayucan, donde -por cierto- el 9 de julio de este año fue asesinado “con alevosía, ventaja y premeditación” el camarógrafo hondureño Edwin Rivera Paz, quien huyendo de la muerte en su país (luego de que asesinaron a su compañero reportero) la muerte lo alcanzó en Veracruz, el Veracruz de Miguel Ángel Yunes Linares…Por eso, el drama de los migrantes penetra y compenetra en la conciencia social jarocha… Y más si se considera que en el desierto de Sonora han fallecido en los últimos años seis mil personas, en tanto aquí, en Veracruz, en las fosas clandestinas descubiertas en 45 municipios, ninguna duda hay de que también fueron sepultados los cadáveres de migrantes, reproduciendo así la tragedia humanitaria de los 72 ilegales asesinados hasta con tiro de gracia en San Fernando, Tamaulipas…

 

ASTILLEROS: Dice González Iñárritu (su filme más conocido es “Amores perros”): “Llevo 15 años viviendo en Estados Unidos… Cuando vives en Los Angeles es difícil escapar del tema de los migrantes… Hay cinco millones, la mayoría ilegales, con historias poderosas, tremendas, que vas conociendo, y te das cuentas que hay un sentimiento de orfandad” (La Jornada, Jorge Caballero)… Dice: “Yo quería explorar unas cosas de la realidad virtual en el cine y poner a la gente (al cinéfilo) a caminar, no únicamente a observar a 360 grados, sino a caminar y que sintiera la arena en los pies… Además, que el filme se desarrollara en la noche, porque nos ayudaba a tener un sentimiento de invulnerabilidad”… El cineasta también habla del racismo que pulula en gran parte de Estados Unidos, incluso, y más allá de Donald Trump, en la población, en la gente, en las familias… Y aun cuando (como en todos los pueblos del mundo) la población está dividida, nunca antes se ha vivido en el país vecino una andada segregacionista como ahora y que reproduce los días más sórdidos y siniestros de la negritud… Muchas películas y cineastas se han ocupado de los migrantes… Y, por desgracia, ninguna ha impactado en los políticos del país con los gobernadores de cada entidad federativa para redefinir su política migratoria con un gran sentido humanitario, pues la mayoría sólo aterriza en el poder, el poder total y absoluto, para el enriquecimiento ilícito y para los negocios a la sombra del Estado… Y, de ñapa, a cada rato salen a la calle para darse “un baño de pueblo”, acompañados de sus apologistas…

 

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