- Empachados con MORENA
Luis Velázquez/ Escenarios
Veracruz.- UNO. Oxígeno de AMLO a Cuitláhuac
AMLO, el presidente de la república, estará por segunda ocasión en Veracruz. Será en los primeros días de febrero. Ahora, y luego de su periplo en Xalapa, en Córdoba y la Cuenca del Papaloapan, allí donde su padre nació y en donde su señora madre falleció en un hospital de Isla.
Veracruzano según la Constitución Política, hijo, al fin de un jarocho, AMLO llegará en un momento crucial para la Cuitlamanía, tan desacreditada en tan poco tiempo, y será, primero, para inyectar sangre y respiro al gobernador, y segundo, purificar el primer sexenio de izquierda en la tierra jarocha.
AMLO, dice el politólogo Carlos Ronzón Verónica, tiene un capital político fuera de serie y que por ningún lado tiene Cuitláhuac García ni tampoco su gabinete legal y ampliado.
Y si el primero de julio del año anterior, Cuitláhuac ganó la silla embrujada del palacio de gobierno de Xalapa trepado “en las valencianas de AMLO”, ahora, todavía el tabasqueño lo continúa rescatando.
DOS. Pesadilla en el diario vivir
Más allá del desempleo, el subempleo, los salarios de hambre, la miseria, la pobreza y la jodidez, todos males de la caja de Pandora, en Veracruz hay el peor mal del mundo y es la inseguridad, la zozobra y la incertidumbre en el diario vivir.
Y aun cuando en su momento Cuitláhuac quiso “lavarse las manos” diciendo que la lucha contra los carteles y cartelitos es tarea federal, ningún gobernador ni tampoco presidente municipal puede ser tan frívolo delegando responsabilidad.
Le compete.
Y más, cuando y como en el caso de los ex gobernadores de Tamaulipas, Eugenio Flores Hernández y Tomás Yarrington, fueron acusados por la DEA de relaciones peligrosas con la delincuencia organizada.
Y el caso del ex gobernador de Quintana Roo, Mario Villanueva.
Y el caso de Javier Duarte, Veracruz convertido en centro por excelencia de los carteles.
Bastaría referir que hacia el día número 52 de la Cuitlamanía el saldo de la muerte era de doscientos veintiún asesinatos, entre ellos, 28 feminicidios y tres infanticidios, además de 39 secuestros.
AMLO en Córdoba y la Cuenca del Papaloapan repetirá hasta el cansancio que la Guardia Nacional restablecerá en Veracruz la paz perdida.
TRES. Purificar a la república
Ningún mortal puede negar el capital político de AMLO.
Con su plusvalía social a casi dos meses de la toma de posesión, el hecho de establecer como la moda política y social la austeridad republicana, donde las elites gobernantes le han entrado, ni modo, pues es la única salida, la austeridad en el gasto público era necesaria.
Y si la lucha contra la corrupción que iniciara con hechos desde el primero de diciembre cuaja y/o demora en cuajar un semestre, un año, dos años, tres años, etcétera, ya se verá, pero por ahora basta y sobra con que es su legítima obsesiva obsesión para purificar el país.
Lo ha dicho ene número de veces con su sabiduría popular de “Me canso, ganso”.
Claro, si transcurre un semestre o el primer año y el segundo y el grueso de la población ningún beneficio económico y social siente en el bolsillo familiar, entonces, el desencanto será mayor, enorme, gigantesco, dada las expectativas levantadas vendiendo esperanzas.
Por lo pronto, su capital político y autoridad moral están fuera de serie y es la que inyectará a la Cuitlamanía para que por ósmosis todos ellos “se pongan las pilas” y dejen a un lado la frivolidad en la que andan atrapados y sin salida.
Las mieles del poder de la Cuitlamanía ya empacharon a la población.