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Pacto Peña Nieto/AMLO y la sucesión del 2018

El Piñero

Luis Velázquez | El Piñero
07 de agosto de 2021

DOMINGO

Operó Peña Nieto para AMLO

Andrés Manuel López Obrador, López Obrador, ganó la presidencia de la república con treinta millones de votos. Una cantidad, se dijo entonces, sin precedente. La mitad del país y la otra mitad quedaron pasmados.

Pero el sociólogo egresado de la Soborna, investigador de la UNAM, Roger Bartra, en su último libro, “Regreso a la jaula, el fracaso de López Obrador”, editorial Grijalvo, da la respuesta de aquel triunfo inusitado.

Atrás de la victoria de López Obrador en las urnas estuvo el presidente Enrique Peña Nieto.

La decisión peñista de las tribus priistas de aplicarse a operar a favor del candidato tabasqueño tuvo dos razones poderosas.

Una. El informe de que el panista Ricardo Anaya iba escalando vertiginoso por encima de López Obrador, en tanto el priista José Antonio Meade se zambullía en el tercer lugar de la preferencia electoral.

Y dos. Que si Ricardo Anaya ganaba, entonces, a Peña Nieto y a los Peñistas les iría mucho peor que con López Obrador, porque el panista era fulminante, rencoroso, vengativo e innegociable.

Fue entonces cuando Peña Nieto dio la orden determinante. Los jefes priistas del altiplano y la república a chambear por López Obrador.

LUNES

Pacto secreto

El sociólogo Roger Bartra confiesa ignorar la fecha, el día, la hora, el lugar y los cabilderos de Peña Nieto y López Obrador para dialogar y establecer el acuerdo, incluido un pacto de por medio, digamos, para negociar el futuro.

Pero aporta hechos concretos sobre tal concertacesión, el más indicativo y significativo, el siguiente:

De pronto, en la Procuraduría General de la República fue presentada una denuncia penal en contra de Ricardo Anaya por “corrupción y lavado de dinero (acusaciones falsas que no se comprobaron”.

Desde luego, la denuncia penal fue publicitada en los medios y significó un ramalazo canijo para Ricardo Anaya, pues causó varias grietas en la tendencia de voto y fue cuando empezó a caer en la preferencia.

Además, el aparato gubernamental se aplicó operando para López Obrador … por debajo de la mesa.

Por eso, la caída estrepitosa de Meade en las urnas, de igual manera como sucedió en otras latitudes geográficas del país con los candidatos a gobernadores, entre ellos, Veracruz.

MARTES

Curioso acto suicida…

Hacia el mes de septiembre del año 2019, el primero de López Obrador, Roger Bartra fue invitado por el semanario Proceso a reflexionar sobre el estilo personal de gobierno.

Entonces, escribió lo siguiente:

“El proyecto (de López Obrador) no fue viable hasta que el partido del antiguo régimen, el PRI, le abrió el camino hacia la presidencia en un curioso acto suicida.

El viejo partido del nacionalismo revolucionario institucional dirigió flujos de votantes hacia Obrador y con una maniobra corrupta, usando la Procuraduría General de la República, debilitó a su rival, Ricardo Anaya.

Obrador ganó gracias al defectuoso y corrupto gobierno del PRI y a la inducción de votos priistas hacia MORENA”.

El sociólogo y maestro emérito de la UNAM expone en su libro “el caudal millonario de votos a MORENA”.

No sabemos, dice, advierte, confiesa y precisa, el tipo de pactos secretos establecidos entre los operadores políticos de Obrador con las diferentes fuerzas priistas, con los sindicatos, con gobernadores y con sectores de la burocracia gubernamental.

“Aunque se habló de que había existido un pacto de Obrador con Peña Nieto, es algo que no se puede comprobar y que, por supuesto, fue negado.

Lo único que podemos observar, por ahora, son los efectos de unos acuerdos, tácitos o implícitos, en los resultados electorales”.

MIÉRCOLES

Torpedeo a Ricardo Anaya

Roger Bartra es un intelectual, a quien López Obrador desdeñó desde que por vez primera lo evidenció en su artículo semanal en el periódico Reforma, o antes, tiempo aquel de la amistad (truncada) con el historiador Enrique Semo, cien por ciento obradorista.

Entonces, en el libro revela una plática “con un miembro clave del gabinete de Peña Nieto”, quien le aseguraba que Peña Nieto y el PRI decidieron “torpedear a Ricardo Anaya como respuesta a las amenazas y agresiones del candidato panista”.

Aquel funcionario de Peña Nieto, cuyo nombre está omitido en el libro, terminó aceptando que en unos casos los gobiernos estatales “indujeron el voto hacia López Obrador”.

Y entre ellos, citó a los gobernadores de Chiapas y Oaxaca, aun cuando también al gobernador del estado de México, Alfredo del Maza junior, y quien, incluso, ha sido trascendido, junto con el góber de Oaxaca, Alejandro Murat, como dos de los priistas más encendidos y prendidos con el obradorismo.

La fuente aquella “reconoció que hubo un gran flujo de votos de antiguos priistas hacia López Obrador”.

Era, claro, la orden superior de Peña Nieto para salvarse de la furia panista llamada Ricardo Anaya.

JUEVES

Azuzar el rencor social

El primero de agosto hubo consulta popular casi casi “a mano alzada” para exhibir a cinco ex presidentes de la república.

Enrique Peña Nieto, Felipe Calderón Hinojosa, Vicente Fox Quesada, Ernesto Zedillo y Carlos Salinas de Gortari.

Y cuando López Obrador ha sostenido que lo suyo no es la venganza, del quinteto hay un trío a quienes más rencor y odio social guarda, como son Calderón, Fox y Salinas.

Pero…, la consulta popular fue una simple exhibida, azuzar el rencor social en contra de los antecesores.

Ninguno será sometido a juicio penal. Tampoco será presionado para “devolver el dinero robado”.

En el caso de Peña Nieto, hay dos peñistas en la cárcel.

Uno, Emilio Lozoya, director de Pemex, pero con bajo perfil, luego de tanta alharaca, incluso, internacional.

Y dos, Rosario Robles Berlanga, secretaria de Desarrollo Social y Desarrollo Urbano, jefa de Gobierno en la Ciudad de México en aquel tiempo cuando su noviecito, el playboy argentino, Carlos Ahumada, filmara al secretario particular del Regente López Obrador, René Bejarano, embolsándose en el saco y los pantalones fajos de billetes, además de los guardaditos en el maletín negro.

Entonces, la relación era clara: Carlos Ahumada / Rosario Robles Berlanga, Carlos Salinas y el jefe Diego Fernández de Cevallos.

Peña Nieto, tan tranquilo festinando con su modelo.

VIERNES

“Tapar el ojo al macho”

La historia electoral de Peña Nieto y López Obrador recuerda la historia de Carlos Salinas y Diego Fernández de Cevallos.

Por ejemplo, en una elección de presidentes municipales en Veracruz, Patricio Chirinos Calero gobernador, Miguel Ángel Yunes Linares presidente del CDE del PRI, el tricolor perdió 107 (ciento siete) presidencias municipales el mismo dominguito.

Fue aquella la primera gran derrota histórica del tricolor. La segunda vendría años después con Felipe Amadeo Flores Espinoza en el trono rojo y la tercera con Marlon Ramírez el 6 de junio de este año.

Entonces, con Chirinos, resultó insólita la derrota priista de 107 alcaldías. Pero en el trascendido siempre se habló de una concertacesión entre Salinas y el jefe Diego y que, ni modo, el chirinismo aceptó sin chistar.

Hacia la mitad del sexenio del Edén, Peña Nieto y los suyos, incluido Luis Videgaray Caso, la han librado.

Y aun cuando los ramalazos han estado “a la orden del día”, ha sido fuego pirotécnico para, digamos, “tapar el ojo al macho”.

El pacto secreto entre Peña Nieto y López Obrador traducido en hechos.

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