Tehuantepec, Oaxaca., 17 de abril de 2018.- Tehuantepec es uno de los municipios donde la gente abraza sus costumbres y tradiciones, una de estas es visitar a sus muertos y llevarles flores cada domingo, esta localidad cuenta con dos panteones: del Refugio y Dolores.
El Panteón del Refugio, ubicado en el barrio Guichivere, fue construido en el año de 1841, mientras que del Panteón de Dolores, del barrio de Santa María, no se tiene datos exactos de su fundación, pero la tumba de mayor antigüedad es la de la señora “Fermina” que data del 4 de agosto de 1887.
La capacidad del panteón del Refugio es aproximadamente de ocho mil sepulturas, mientras que la de Dolores es de nueve mil, da a conocer en entrevista el Director de Panteones del municipio de Tehuantepec, Juan Carlos Jiménez Chiñas, quien relata cómo han ido mejorando las condiciones de ambos cementerios desde que asumió el cargo.
No sabía los grandes retos a los que me enfrentaría –relata Jiménez Chiñas– el primer día que tuve el acercamiento con los trabajadores, al ver la falta de atención y descuido de ambos panteones, acordamos trabajar coordinadamente para mejorar esos espacios y mantenerlos siempre limpios.
“Al principio no sabía por dónde empezar, no teníamos nada, ninguna documentación, ni registro del trabajo que realizó la administración pasada, las condiciones físicas de ambos panteones era deplorable, entonces empezamos a limpiar, recoger las bolsas de basura que dejaban en las entradas, limpiamos las cisternas para abastecerlas y empezamos a contabilizar las tumbas” relata Juan Carlos.
Para los usuarios, la limpieza, el agua y la seguridad, son tres servicios elementales en los dos panteones. Se restauraron y pintaron las bardas, se limpiaron y deshierbaron los accesos y pasillos; además de acondicionar los descansos y las capillas, a las cisternas de se les dio mantenimiento y desde entonces siempre se cuenta con agua.
Morir en Tehuantepec significa inmortalizar, muestra de ello se vive durante la Semana Santa y el Xandu’, en donde familiares conviven con sus difuntos día y noche para fortalecer el recuerdo de quien mora en estos lugares que han sido rescatados del gran olvido en el que se encontraban.