Malecón del Paseo
Luis Velázquez
Veracura.- EMBARCADERO: Luego de la derrota histórica del PRI en las urnas, si el tricolor ha de reinventarse, la prueba del añejo pasa, entre otras cositas, por la jubilación de algunos de sus prohombres… Entre ellos, y por ejemplo, para que la población electoral vuelva a creer en tales partidos, en el carril priista deberán retirarse como los viejos elefantes en una cueva de la montaña, Emilio Gamboa Patrón, Manlio Fabio Beltrones, los hermanos Moreira, Dulce María Sauri, René Juárez Cisneros, Víctor Flores Morales, Carlos Romero Deschamps y Carlos Salinas de Gortari (tan activo que anda), entre otros… Y en Veracruz la jubilación alcanzaría, por ejemplo, a Ranulfo Márquez, Héctor Yunes Landa, Carlos Brito Gómez, Marcos López Mora, César del Ángel, Ricardo Olivares Pineda, Ricardo Ditz Herlindo, Enrique Levet Gorozpe, y todo, absolutamente todo lo que huela a Javier Duarte, Fidel Herrera y Miguel Alemán Velasco… Solo así, y más allá de cambiar de nombre al viejo mastodonte partidista, el tricolor podría, quizá, resucitar…
ROMPEOLAS: Nada, sin embargo, puede curar ciertas pasiones desaforadas de los políticos y también de los hombres y las mujeres comunes y sencillas… Por ejemplo, hasta el día de hoy ninguna medicina, ninguna operación quirúrgica, ninguna cura mágica hay para arrancar del corazón de los humanos el quinteto de los peores males de la caja de Pandora, como son la vanidad, la soberbia, la frivolidad, la envidia y la venganza… Bastaría recordar, por ejemplo, los estragos de las elites priistas en el duartazgo cuando la altivez se tradujo en desprecio, menosprecio y desdén para los derechos humanos encarnados en los desaparecidos y en los familiares de los desaparecidos, al grado que siempre se pitorrearon de la dignidad humana… Y en el caso de la administración panista, digamos que la soberbia más alta fue encarnizada por el secretario General del CDE del PAN, Carlos Valenzuela, diputado federal electo por la vía pluri, quien siempre alardeaba de profetizar la derrota de Hillary Clinton ante Donald Trump, pero fue incapaz de vislumbrar la derrota de Miguel Ángel Yunes Márquez como candidato a gobernador…
ASTILLEROS: El común de los mortales cree que los escritores exitosos se vuelven de ricos de la noche a la mañana… Pero ha de recordarse que de cada libro vendido sólo les queda el 10 por ciento, en tanto la editorial que lo publica queda con el 40 por ciento y la librería con el 50 por ciento… Además el saldo se los pagan cada año, hacia los meses de noviembre y diciembre… Julio Cortázar, el cronopio argentino, célebre autor de Rayuela, murió cabildeando en las librerías la posibilidad de un aumentito en el porcentaje… El único que estableció las reglas y del diez por ciento llegó a cobrar el 60 por ciento por cada ejemplar vendido fue Víctor Hugo, el autor de “Los miserables”… Además, los cobraba hasta por anticipado y nadie respingaba… Con todo, bastaría referir que el escritor colombiano, Plinio Apuleyo Mendoza, decía que un día, su cuate Gabriel García Márquez se volvió rico con los derechos de autor y desde entonces pagaba las cuentas de las comelitones y borracheras de los amigos…
ARRECIFES: Los cuatro libros clásicos en la historia de la humanidad y que han de leerse antes de morir son, entre otros, la Biblia (Gabriel García Márquez, Carlos Fuentes y Carlos Monsiváis las leían una vez cada año), la Ilíada, la Odisea y la Eneida… El libro más leído de Simone de Beauvoir es “La ceremonia del adiós” donde cuenta paso a paso los últimos días, días atroces, de la desintegración de su pareja durante 50 años, Jean-Paul Sartre… El libro más leído de Julio Cortázar es Rayuela… El más leído del Gabo, “Cien años de soledad”… El más leído de Carlos Fuentes, “Aura”… El más leído de Monsiváis, “A ustedes les consta”… El más leído de Elena Poniatowska, “La noche de Tlatelolco”… El más leído de Ryzard Kapuscinsky, “Con el fusil al hombro”… El más leído de Salvador Díaz Mirón, “Lascas”… El más leído de Pablo Neruda, “Veinte poemas de amor y una canción desesperada”…
PLAZUELA: El menosprecio de los hombres a las mujeres inteligentes alcanzó su tiempo demoniaco con sor Juana Inés de la Cruz… Ella, renunció a la vida pública y se encerró en un monasterio con el único objetivo de estudiar, leer y escribir… Y cuando sus primeros libros, publicados en España, alcanzaron éxito, los clérigos, quienes se creían los intelectuales de la época, llenos de envidia, le prohibieron leer y escribir “cosas profanas”… Hacia 1689, su peor enemigo era el arzobispo Francisco de Aguiar y Seijas (así se apellida el arzobispo de la Ciudad de México), cierto, por su talento deslumbrante, pero también porque sor Juana le despertaba una pasión sexual desaforada… Incluso, Francisco de Aguiar decía que “las mujeres tienen cuerpos infernales”, en ningún momento describiendo a mujeres feas, sino porque todas significaban una tentación para su espiritualidad… El único amigo de Sor Juana era el capellán Carlos de Sigüenza y Góngora, y quien por cierto detestaba a los indígenas porque eran pobres según cuenta José Emilio Pacheco en “Inventario”…
PALMERAS: Víctor Hugo lo decía así. “La mujer comprende al hombre mejor de lo que el hombre se comprende a sí mismo”… El escritor Martín Luis Guzmán describía a Plutarco Elías Calles como “un traidor y un asesino”… José Vasconcelos entró a la historia como secretario de Educación de Álvaro Obregón y como uno de los primeros candidatos independientes a la presidencia de la república, pero al mismo tiempo, como uno de los intelectuales más celosos con el montón de mujeres que pasaron por su vida, a tal grado que una de ellas, incapaz de sobrevivir a su iracundia, se pegó un tiro en una iglesia de París, donde vacacionaban… Según Albert Camus, Premio Nobel de Literatura, “una vida sin ilusiones es una vida estéril”… Álvaro Obregón resumió su vida pública de la siguiente manera: “En política, el que asesina más es el que gana”…