Todo fue un chiste, una bromita que alimentó los memes. Peñafiel no fue el refresco del ex Presidente Enrique Peña Nieto, como lo dijo en 2017 al inaugurar una planta de la refresquera en Tecámac, Estado de México. Su administración no signó ningún contrato para adquirir el agua mineral, cuya producción fue detenida después de que la revista Consumer Reports reveló que contenía arsénico en niveles peligrosos. La etapa en que más le compró el Gobierno mexicano a esa marca fue de 2009 a 2013, cuando Felipe Calderón Hinojosa era el Primer Mandatario. Ello, pese a que las autoridades sanitarias de Estados Unidos habían lanzado la primera advertencia sobre el químico en la bebida. Los Peñafiel se adquirieron para Diconsa que abastece abarrotes en las regiones más pobres de México.
Linaloe R. Flores
Ciudad de México (SinEmbargo).– La advertencia contenida en la investigación de la revista Consumer Reports de la Organización no Gubernamental de Estados Unidos, Unión de Consumidores, sobre niveles peligrosos de arsénico no es nueva para Peñafiel. La primera vez que la marca mexicana enfrentó una alerta de este tipo fue en 2009 cuando The Food and Drug Administration (autoridad sanitaria de Estados Unidos) detectó 22 piezas por billón (ppb) y seis años después, reportó 10 por la misma proporción. Ahora, se han encontrado 17 ppb.
Pese a esa primera advertencia, de 2009 a 2012 –con Felipe Calderón Hinojosa (2006-2012) como Presidente de la República–, fue la etapa en la que el Gobierno mexicano compró más la bebida de agua mineral. En ese periodo, se adquirió Peñafiel para abastecer a Diconsa, el sistema de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol) [hoy Secretaría del Bienestar] que ofrece productos de la canasta básica a los habitantes de las comunidades rurales del país.
En otras palabras, las adquisiciones que hizo el Gobierno mexicano de la gaseosa Peñafiel en los años pasados fueron a parar a los anaqueles de las tiendas de Diconsa en las regiones del campo mexicano, las más pobres, según el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval). El ordenamiento legal de este sistema con más de 27 mil tiendas fijas y 300 móviles en el país, es “contribuir a generar la seguridad alimentaria de México” con garantía en “el abasto social de productos” para consagrar el derecho constitucional a la alimentación de sus habitantes.
Entre 2009 y 2012, el Gobierno federal firmó 48 contratos para Diconsa por 4 millones 569 mil 246 pesos. Para reuniones de trabajo en Nacional Financiera (Nafin) y la Comisión Federal de Electricidad (CFE) se hicieron 15 pedidos en ese mismo periodo por 982 mil 519 pesos. En realidad, no se trata de un gasto exorbitante si se toma en cuenta la inversión en alimentos perecederos que ese sexenio se efectuaron en la casona oficial de Los Pinos, donde habitaba el entonces Primer Mandatario. Por ejemplo, con la empresa Yepa-Yepa, en 2007, y sólo para consumo de los habitantes de la residencia, se gastaron dos millones 900 mil pesos.
Lo anterior surge de la revisión de los contratos firmados por el Gobierno mexicano con Peñafiel Bebidas S.A de C.V. en el Portal de Obligaciones y Transparencia (POT) de 2007 a 2019. SinEmbargo realizó esa búsqueda para conocer cuánto adquirió el Gobierno de la bebida fabricada por Keurig Dr Pepper que, según Consumer Reports, contiene niveles de arsénico peligrosos y quiénes fueron sus consumidores.
PEÑAFIEL NO FUE EL REFRESCO DE PEÑA NIETO
El 11 de abril de 2017 -ya en el último tramo de su Administración- el entonces Presidente Enrique Peña Nieto se permitió un chiste al inaugurar una planta de la refresquera Peñafiel en Tecámac, Estado de México. Dijo que la marca mexicana era suya por ser “Peña-fiel“. Aquello le valió, como muchas otras veces, una industria de memes en las redes sociales. En uno de ellos podía verse una botella de Peñafiel con la imagen de copete alto del político mexiquense.
Pero, en el registro histórico de compras que hoy puede ser consultada en los sistemas Compranet y el POT, sólo se encuentra en su administración, el contrato del 13 de diciembre de 2012 por 15 mil 261 pesos para Diconsa que incluso fue pactado en la Administración anterior, la de Felipe Calderón Hinojosa. No hay nada más que esa adquisición en los años en que gobernó Peña Nieto.
Peñafiel Bebidas S.A. de C.V. no fue de los proveedores más socorridos en la administración que fue de 2012 a 2018. En cambio, Pepsico que tiene las marcas Pepsi, Pepsi Light, Mirinda, 7 up, E-pura, Lipton, Ocean Spray signó para Diconsa durante el sexenio peñanietista, 864 millones 214 mil 291 pesos (la cantidad incluyó otros productos de abarrotes como galletas, cereales y avena).
PEÑAFIEL, EN PROBLEMAS
Keurig Dr. Pepper detuvo la producción de Peñafiel en México el pasado 15 de abril después de que Consumer Reports publicó un estudio de calidad en el que resaltó que la bebida tenía altos niveles de arsénico. En Estados Unidos, las autoridades lanzaron una alerta a la importación de la bebida.
Por medio de un comunicado enviado el 26 de abril, la firma estadounidense sostuvo que si bien se detectó arsénico en Peñafiel, el químico está de manera natural como producto de la actividad agrícola e industrial o incluso en el aire, agua y tierra, pero no representa riesgo alguno para la salud.
El mismo día en que Keurig Dr. Pepper envió el comunicado, el periodista Ryan Felton publicó en la misma revista Consumer Reports que The Food and Drug Administration tuvo certeza de los altos niveles de arsénico en Peñafiel desde 2013 y no desde 2015 cuando puso la alerta para la importación del producto en el país del norte. La información, Felton la consiguió mediante una solicitud de información ante el Gobierno de Estados Unidos. En su artículo, indica que pese a ese conocimiento, se permitió que Peñafiel continuara en las tiendas tanto de México como del país vecino del norte.
El estudio que Consumer Reports difundió el 18 de abril reveló el análisis de 130 marcas de bebidas. Seis resultaron con niveles peligrosos del químico. Estas son Starkey Starkey (propiedad de Whole Foods), Crystal Geyser Alpine Spring Water, Volvic (propiedad de Danone), dos marcas regionales, Crystal Creamery y EartH₂O y Peñafiel (propiedad de Keurig Dr. Pepper).
Peñafiel quedó bajo varias fiscalizaciones en México. Sus plantas en Tlacomulco, Jalisco, Tehuacán, Puebla y Xalostoc serán revisadas por la Comisión Federal para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris). A su vez, la Procuraduría Federal del Consumidor (Profeco) informó que requirió información a la empresa con el fin de que los consumidores supieran qué pasaba con el producto. También se comprometió a hacer estudios de laboratorio para verificar que cada bebida Peñafiel se distribuya de manera saludable para los consumidores.
Hasta ahora, no hay registro de compras a Peñafiel Bebidas S.A. de C.V. en Compranet por parte del Gobierno de Andrés Manuel López Obrador.
https://www.sinembargo.mx/28-04-2019/3571867