Francisco Vásquez
Oaxaca, México.- La Comisión Nacional de los Derechos Humanos (CNDH) indicó en su Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2017 que en los centros penitenciarios de Oaxaca no garantizan el respeto a los derechos humanos de quienes están privados de su libertad, dado que se mantienen latentes el hacinamiento, los abusos, presencia de objetos y sustancias ilícitas, la conformación de autogobierno, entre otros factores que mantienen en crisis al sistema penitenciario estatal.
Asimismo se otorgó a Oaxaca una calificación promedio de 6.03 que la colocó al estado por debajo de la media nacional para los centros penitenciarios que es de 6.30 en el indicador de color amarillo.
La penitenciaría central de estado, ubicada en la agencia de Santa María Ixcotel del municipio de Santa Lucía del Camino obtuvo una calificación de 5.2; al Centro de Reinserción de Miahuatlán le fue otorgado un 5.77, el Centro de Reinserción Social de Tehuantepec recibió un 6.44 y el Centro Penitenciario Femenil de Tanivet Tlacolula fue calificado con un 6.72.
El informe de la CNDH abarca las cárceles estatales, federales, municipales y militares enfocándose en realizar un diagnóstico sobre aspectos que garantizan la integridad física y moral del interno, una estancia digna, condiciones de gobernabilidad, la reinserción social del interno, así como diversos requerimientos específicos.
En cuanto a la reinserción social del interno es donde más fallas tienen las penitenciarías de Oaxaca pues de las cuatro mencionadas el promedio es de 5.36, pues únicamente el penal de Tehuantepec tuvo una calificación apenas aprobatoria de 6.21 con el indicador de color amarillo, mientras que las demás están reprobadas.
En ese aspecto persisten serias deficiencias en cuanto a la separación entre procesados y sentenciados en dormitorios y la separación entre procesados y sentenciados en áreas comunes, también se presentan fallas en cuanto a las actividades laborales y de capacitación que comprenden la programación de actividades educativas, material didáctico, un registro del nivel de escolaridad de la población interna, la certificación oficial de estudios, oportunidades de acceso a la educación, actividades deportivas, la vinculación del interno con la sociedad, entre otros aspectos a tomar en cuenta, en todo ello los ceresos de Oaxaca obtuvieron una calificación reprobatoria.
Respecto a las condiciones que garanticen la integridad física y moral del interno, la Penitenciaría Central del Estado se mantiene en el indicador de color rojo con una puntuación de 5.25, pues padece de una mala distribución de los internos y hacinamiento, sin embargo, de acuerdo al diagnóstico de la CNDH los cuatro penales tienen graves carencias en servicios para mantener la salud de los internos, no se cuenta con medicamentos suficientes, material de curación, atención psicológica; en la Penitenciaría de Ixcotel no se cuenta con un registro eficaz de incidentes que afectan la seguridad ni se implementan acciones eficaces para atenderlos.
En cuanto a prevención y atención de la tortura sólo el Centro de Reinserción de Miahuatlán obtuvo una calificación de 9.23 y el Centro Penitenciario Femenil de Tanivet Tlacolula Oaxaca un 7.23; sobre acciones para la prevención de la tortura o maltrato las cuatro penitenciarías obtuvieron un promedio de 6.27.
En condiciones de gobernabilidad que obtuvo un promedio reprobatorio de 5.85, los factores donde más sufren las penitenciarías del estado son la normatividad que rige al centro que no cuenta con procedimientos específicos para diversas actividades, la falta de personal de seguridad y custodia, ni tampoco se garantiza el respeto al debido proceso en la imposición de las sanciones disciplinarias como la ubicación correcta en el área de sancionados después de la determinación, durante la imposición de sanciones no se contempla la suspensión de la visita familiar, de la visita íntima, un aviso de trabajo social a los familiares.
El Diagnóstico Nacional de Supervisión Penitenciaria 2017 de la CNDH señaló que al no haber un control de actividades se propicia el ejercicio de funciones de autoridad por parte de los servidores públicos del centro generando un autogobierno o un cogobierno, en este punto, el cereso de Ixcotel en cuanto a la ausencia de actividades ilícitas fue calificado con 1.52, aquí persisten los reos con privilegios, la prostitución, objetos y sustancias prohibidas, la extorsión, el soborno, cobros por protección, por asignación de plancha o estancia para dormir, por pase de lista, por alimentos.
Se cobra por medicamentos, visitas, actividades laborales, educativas y deportivas, por no realizar labores de limpieza, por no cumplir una sanción administrativa, cuenta con una nula capacitación al personal de seguridad y custodia, de personal técnico, entre otras deficiencias.
Según el diagnóstico en cuanto a los aspectos que garantizan una estancia digna el penal de Ixcotel y el de Miahuatlán obtuvieron calificaciones reprobatorias sobre la existencia y capacidad de las instalaciones necesarias para su funcionamiento, pero también los ceresos de Tehuantepec y Tlacolula registran fallas en cuanto a locutorios, cocina, aulas, área médica, patio, carencias materiales e higiene de las instalaciones para alojar a los internos, entre otros factores.
En los cuatro ceresos, hay deficiencias en la atención a grupos de internos con requerimientos específicos como son mujeres, personas adultos mayores, personas indígenas, personas con discapacidad, internos que viven con VIH/SIDA y presos con adicciones.
Centros de Baja Capacidad
De acuerdo con el Informe Especial de la Comisión Nacional de los Derechos Humanos sobre los Centros de Reclusión de Baja Capacidad instalada en la República Mexicana, firmado el 27 de febrero de este año, 48 penitenciarias del país están enfrentando problemas de sobrepoblación, debido a la falta de infraestructura que garantice una estancia digna y el desarrollo adecuado del régimen penitenciario de acuerdo con las normas y estándares nacionales e internacionales.
El organismo defensor consideró que no se puede lograr una efectiva reinserción social, ni hacer efectivos los derechos que otorga el artículo 18 constitucional cuando a las personas privadas de la libertad, no se les proporcionan los medios necesarios para alcanzar ese objetivo, observando que en los establecimientos con capacidad reducida actualmente no se cuenta con la infraestructura que permita el desarrollo de los programas de actividades ni proporciona una estancia digna.
En Oaxaca, la CNDH destacó que de los seis centros penitenciarios con capacidad menor a 250 internos que tiene, el de Juchitán sólo cuenta con espacio para 24 presos más, el del Cuicatlán para 15; el de Cosolapa cuenta con 50 espacios; en Juquila sólo tiene 8, el Centro de Reclusión de Huajuapan sólo cuenta con 3 espacios y el de Tlaxiaco que sobrepasó su límite por tres internos, registrando un riesgo moderado.