Aunque no lo creas las contracciones vaginales es todo un tema, ya que muchas mujeres aseguran que estas se pueden controlar a voluntad.
La realidad es que esta técnica sexual milenaria consiste en la contracción de la zona perineal y vaginal de forma involuntaria cuando la mujer llega al orgasmo, lo que ejerce una fuerte presión desde la base del pene hacia arriba cuando se levanta la pelvis, muy parecido a la lamida de un perro (de ahí el nombre), y eso causa una explosión de placer para ambos.
Esta sensación se puede llegar a sentir en diferentes posiciones, y claro con mucha práctica y alguno que otro truco que aquí te daremos. Recuerda que para llegar a este punto debes saber apretar muy bien los músculos vaginales justo cuando él esté a punto de eyacular, quedarte así un par de segundos, después relajarlos y volverlos a contraer varias veces, hasta que no pueda más y llegue al orgasmo.
Y para llegar a este punto debes de fortalecer el músculo del suelo pélvico con ejercicios de Kegel. Éstos consisten en contraer y relajar este grupo de músculos como si te estuvieras aguantando las ganas de orinar.
Debes hacerlo en bloques de 20 repeticiones varias veces al día, puedes hacerlo sentada, parada, acostada, en la oficina, en la calle o en casa, no tienes que interrumpir tus actividades y nadie notará que los haces.
Recuerda que estos músculos te ayudarán a conseguir orgasmos más intensos y duraderos sin contar que el placer que tu pareja sentirá jamás lo olvidará.