Luis Velázquez Barandal
21 de agosto de 2019
ESCALERAS: Desde hace 8 meses y medio, el barco sexenal de MORENA en Veracruz zarpó. El fin del infierno fue bueno, digamos, salvo, tantos asesinatos. Y la primavera y el verano ahí van, sin tormentas ni huracanes en altamar.
Pero en materia educativa hay muchos, demasiados pendientes, por todos conocidos. Uno de los más canijos, el analfabetismo. Medio millón de paisanos sin saber leer ni escribir. Veracruz, casi en el sótano de la calidad educativa. Las escuelas de todo el sistema, sin una lucecita en el largo y extenso túnel del bajo rating.
PASAMANOS: El secretario de Educación carga en la espalda la pesada cruz camino al Gólgota. Encima tiene fantasmas insuperables. Entre ellos, Enrique Rébsamen, Enrique Lausbscher, Rafael Delgado y Carlos A. Carrillo.
Claro, el antiguo strippero bien tendría como ejes rectores en la SEV, digamos, a Adolfo Mota, cuya felicidad total fue cuando unos niños ganaron el premio nacional en bailable regional con “La bomba” y “El tilingo lingo”.
Los misterios de la vida, ya se sabe, son tan inimaginables como sorprendentes.
CORREDORES: Todos los días, cierto, miles de niños y maestros llegan puntuales a sus escuelas para como dijera What Whitman en uno de sus poemas fundamentales, “no dejar pasar un día sin haber crecido un poco”.
También llegan, digamos, con la misma esperanza de Víctor Hugo, el autor de “Los miserables” cuando dijera como diputado federal de Francia que todos los niños pobres tienen el mismo legítimo derecho de los niños ricos a estudiar en escuelas de calidad y con calidad.
Hay por delante 5 años y 4 meses para saber si el titular de la SEV está cerca de Rébsamen y Laubscher o de Adolfo Mota.
BALCONES: Lázaro Cárdenas del Río incendió al país con su ejemplo. Todos los alumnos de la UNAM se lanzaron a una cruzada de analfabetismo en la nación y era como una especie de servicio social.
Pero también los estudiantes de la UNAM, cada uno en su área, cumplió tarea social. Los médicos, los veterinarios, los ingenieros y arquitectos y los agrónomos, por ejemplo, un semestre en las zonas rurales, vigilados por la máxima casa de estudios y la presidencia de la república en el trabajo diario y creativo, con hechos y resultados, nada de faramallas ni discursos mesiánicos y populacheros.
PASILLOS: Mucho, sin embargo, se duda de la alteza de miras en la SEV.
Por ejemplo: según el escritor Paco Ignacio Taibo II hay en Veracruz 500 mil analfabetas.
Y si hay medio millón de personas sin saber leer ni escribir, la SEV tendría, o tiene, o debiera tener el objetivo concreto y específico, simple y sencillo, de alfabetizar a 83 mil 333 personas por año.
Es decir, 6 mil 944 cada mes, siempre y cuando la meta fuera izar la bandera blanca de la alfabetización en el mes de noviembre del año 2024.
El tiempo, sin embargo, se le está yendo encima a la SEV.
VENTANAS: Además, el otro gran frente de batalla. Y el centro de batalla. Y la retaguardia.
Uno, la calidad educativa del sistema, incluyendo la preprimaria, la primaria, la secundaria y el bachillerato.
Dos, eje rector la SEV, también en la universidad pública y tecnológicos, anexos y conexos.
Y tres, ni se diga en las escuelas privadas, pues ni modo estén y anden a la deriva.
La tarea es gigantesca y solo con alteza de miras, con vocación de Estado, con grandeza política, social y educativa, otro será y desde la SEV el destino social de Veracruz.
