Redacción El Piñero
En la región de Veracruz, la piña no solo es un motor económico, sino también un símbolo de tradición y cultura. Esta fruta tropical, cultivada en gran parte en la Cuenca del Papaloapan, se ha convertido en un elemento esencial de la gastronomía local. Con una producción que supera las 600 mil toneladas anuales, la piña veracruzana, conocida por su dulzura y calidad, es el sustento de miles de familias en la región.
Pero la piña no solo se disfruta como fruta fresca. Desde tiempos prehispánicos, ha sido transformada en una bebida fermentada conocida como tepache. Esta bebida, originalmente elaborada con maíz, ha evolucionado hasta convertirse en una refrescante bebida a base de cáscaras de piña, azúcar y agua. Su preparación es sencilla, pero requiere tiempo para que los azúcares se conviertan en alcohol, generando un sabor ligeramente ácido y burbujeante.
El tepache no solo destaca por su sabor, sino también por su valor cultural. En muchas comunidades veracruzanas, es una bebida que une a las personas en festividades y reuniones familiares, recordando las raíces y tradiciones que han pasado de generación en generación. Así, la piña y el tepache se consolidan como parte integral del patrimonio gastronómico de la región y del país.