Tuxtepec.- El trabajo de un periodista es así: sin horario, sin escenarios definidos y atendiendo, sin escatimar esfuerzos, el clamor social. Pero en esa inalterable labor, cuando el ejercicio compromete y abraza la solidaridad del pueblo, se disparan amenazas y revanchas.
Tal es el caso del periodista tuxtepecano José Ordóñez Pérez, quien fue víctima del revanchismo oficial, de una institución encargada de regular la conducta vial: Tránsito del Estado.
Su pecado, manifiesta el comunicador, fue haber respaldado la voluntad del pueblo de Jacatepec que, en fecha reciente, se alzó en contra de la instalación de la delegación de Tránsito. Su cobertura, sus precisiones y su exhibición, le cobraron la factura.
Y es que, como revancha, agentes de la delegación de Tránsito de Tuxtepec, de manera dolosa, le intervinieron su unidad cuando realizaba la cobertura de un hecho de violencia. Sin más, su automotor desapareció y, sin explicación, quedó internado en un corralón.
Además, en actitud infame, la delegación se negó a entregarle una notificación o la multa que avalara la retención de la unidad, exhibiendo así un acto vicioso y revanchista ante la labor de dar voz a las inquietudes ciudadanas.
Nuestra solidaridad, compañero Ordóñez. Atentamente el equipo de El Piñero de la Cuenca.