San Martín Texmelucan. Miedo e incertidumbre se respira en San Martín Texmelucan. Los pobladores han adoptado un “toque de queda”, que significa no salir a las calles después de las 10 de la noche, debido a los enfrentamientos a balazos entre ladrones de combustible, el aumento de delitos como asesinatos y robo de vehículos, así como la reciente llegada del Cartel de Jalisco Nueva Generación.
Mientras que en 2016 el municipio figuró en las estadísticas de Pemex con 80 tomas clandestinas, en los primeros siete meses de este año la cifra fue de 130, lo cual refleja un incremento de 62 por ciento en este delito, que ofrece ganancias individuales desde 500 pesos diarios en el caso de los halcones, hasta mil 500 pesos por viaje para quienes se encargan del traslado del combustible robado a los ductos de la paraestatal.
De igual manera, entre 2014 y noviembre de 2017, el robo a camiones de carga en carretera, los homicidios dolosos y el robo de vehículos crecieron en la zona 413, 110 y 65 por ciento, respectivamente, en comparación con los tres años anteriores a ese periodo, según datos del Sistema Nacional de Seguridad Pública.
Estos números explican el temor que existe entre los texmeluquenses.
Los minutos avanzan y cada vez las calles se observan más solitarias, sin el mismo tránsito de gente que había hasta antes de los enfrentamientos entre huachicoleros.
La situación no es ajena para las once juntas auxiliares que conforman el municipio, principalmente para aquellas en las que se ha establecido el robo de combustible.
En la zona ha sido identificada la operación de al menos cuatro bandas de chupaductos que controlan la extracción, trasiego y venta de hidrocarburo, mismas que tienen territorios perfectamente delimitados sobre el ducto Minatitlán-México que atraviesa por el suelo de San Martín.
La banda más conocida es la que encabeza Óscar “El Loco” Téllez, quien tiene influencia en las colonias La Purísima, San Isidro, Las Torres, La Cruz y San Damián que se ubican a escasos cinco minutos del zócalo de la ciudad.
Además se encuentra un grupo comandado por un sujeto a quien se le conoce como Jaime, alias “El Guzmán”, un presunto zeta originario de Atotonilco, Tlaxcala, quien mantiene operaciones en las juntas auxiliares de San Baltazar Temaxcalac y San Lucas Atoyatenco, las cuales se encuentran al sur de la ciudad, en límites con la autopista México-Puebla, el Arco Norte y la autopista San Martín Texmelucan-Tlaxcala.
Existen además dos familias de la junta auxiliar de San Cristóbal Tepatlaxco que dominan por separado la actividad ilícita en la misma comunidad, incluso, al igual que el resto de las bandas asentadas en el municipio, tienen sus propias bodegas clandestinas desde donde distribuyen el combustible en la región.
En esas zonas, la vida rutinaria también ha cambiado, los jóvenes que anteriormente llenaban los antros y bares nocturnos, ahora lo piensan dos veces ante la disyuntiva de quedarse en casa o aventurarse a salir de fiesta. Algunos más, debido a su trabajo, no tienen otra opción que transitar incluso de madrugada, pero con las mayores medidas de seguridad que sus posibilidades lo permiten.
“Ya no vayan a salir tan noche porque la cosa está fea, y se va a poner peor. Por seguridad es mejor no andar tan tarde”, “el otro día me quedé congelado, pues me topé con un grupo de hombres con armas largas y a bordo de una camioneta. Estuvo feo”, se escucha platicar a ciudadanos, durante un recorrido realizado por El Sol de Puebla en la ciudad.
Con información de elsoldepuebla.com.mx