- Amplía plazos su abogado
Barandal
Luis Velázquez
Veracruz.- ESCALERAS: ¡Pobre de Javier Duarte! Ainara Rementería se está divorciando y él, internado en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México, estaría rumiando su posible felicidad.
Y más, cuando él, y de acuerdo con el anuncio en su tiempo, se habría divorciado de Karime Macías, quien, digamos, exiliada en Londres, la ciudad más cara del mundo, nunca, jamás, lo ha visitado tras las rejas y su único consuelo es su hermano Cecil.
Y consuelo en los días y noches adversos que está viviendo, más el tiempo que falta con su proceso penal.
Ahora, su abogado, Marco Antonio del Toro (¿Cuándo estará cobrando?) ha solicitado más tiempo para preparar testimonios a su favor en defensa de los delitos de delincuencia organizada y lavado de dinero que enfrenta.
Y en contraparte, sus guardias pretorianos que durante casi seis años lo blindaron ante los demás y que ni siquiera dejaban pasar el viento entre ellos, como Érick Lagos, Jorge Carvallo y Adolfo Mota, ultra contra súper intocados.
E intocables, porque todo indica, cumplieron “al pie de la letra” la sabia enseñanza de Fidel Herrera Beltrán de que en la política, como en la vida, “hay tiempo de sumar, de sumarse y de sumirse”.
Y ellos se habrán sumido ante la yunicidad entregando, digamos, más pistas y pruebas en contra de Duarte, y quizá, digamos, devolviendo parte “del dinero robado”, quizá en efectivo, para evitar huellas.
Además, todo indica, de que han puestos sus feudos (Acayucan, Los Tuxtlas y Coatepec) al servicio del primogénito del gobernador Yunes.
PASAMANOS: En el Reclusorio Norte, la PGR y el abogado de Duarte están midiendo fuerzas.
La Procuraduría General de la República para acelerar lo más pronto posible la sentencia, antes, quizá, del primero de julio, fecha de la elección, y para ver si el PRI levanta en las urnas, y el despacho jurídico defensor de Duarte, para logar, digamos, su libertad, y lo que, todo parece, está en chino.
Peor tantito:
Si José Antonio Meade ganara la presidencia de la república, Duarte tendría quizá la esperanza de abandonar la cárcel.
Pero si Andrés Manuel López Obrador, AMLO, y/o Ricardo Anaya ganaran Los Pinos, entonces, será difícil que fuese liberado, y hasta podría convertirse en el Mario Villanueva del siglo XXI, el ex gobernador de Quintana Roo que acusado por los mismos delitos de Duarte lleva preso veinte años.
Y la posibilidad, ya se sabe, está en el carril político, pues hasta anoche, AMLO sigue en primer lugar de la encuesta, con Anaya en segundo y Meade en tercero.
Y sólo remontaría con un milagro.
PASILLOS: Está claro que Duarte está preso porque el gobernador Miguel Ángel Yunes Linares aportó todas las pruebas posibles, primero, al presidente Enrique Peña Nieto, y segundo, a la PGR, para proceder.
Y en todo caso, sea quien sea el ganador presidencial en las urnas, del mes de julio al día último de noviembre, Yunes seguirá insistiendo para la condena a Duarte.
Y si su hijo Miguel Ángel Yunes Márquez ganara la gubernatura, entonces, el hijo se encargará de que Duarte siga refundido 6 años más.
Por eso, el despacho jurídico de Marco Antonio del Toro podrá seguir recabando más pruebas a favor de su cliente y desahogando las pruebas testimoniales aportadas por la PGR, pero el asunto, cierto, es penal, pero de igual manera, político.
Y político en un país que ocupa los primeros lugares mundiales de corrupción.
Y en un país donde como dice Porfirio Muñoz Ledo, el PRI está viviendo los últimos latidos de su vida…, próximo, dice, a desaparecer.
Duarte libre sería el peor error del priismo.
Por eso, Mario Villanueva, el ex gobernador de Quintana Roo (ex jefe de Gina Domínguez Colio, la vocera duartista presa en el penal de Pacho Viejo) continúa en el infierno penitenciario.
RODAPIÉ: Entre apelaciones y amparos…
Entre solicitudes para ampliar el lapso para recabar pruebas a favor y en contra…
Entre la decisión del “juez para ordenar a la Comisión Nacional Bancaria y de Valores remita información financiera para utilizarla como evidencia contra Duarte” (El Universal, Diana Lastiri)…
Entre la petición del abogado al juez para que “no permita que la PGR cuente con más tiempo para reunir más pruebas”…
Entre la amenaza del abogado de que impugnarían cualquier apelación, Javier Duarte ha aprendido a cocinarse él mismo porque vive temeroso de que lo puedan envenenar.
Incluso, su caso alcanzó tanta notoriedad política y mediática que de plano vive aislado en el Reclusorio Norte con una malla entre el patio normal de los presos y su espacio, sin hablar con nadie, digamos, como un ermitaño del penal.
POSTES: ¡Vaya final del gobernador número 74 de Veracruz!
Ainara Rementería, divorciándose.
Anilú Ingram, peleando la candidatura senatorial.
Dominga Xóchitl, devolviendo su casita en la calle Salmón de Costa de Oro y perdiéndose en el anonimato.
Corintia Cruz Oregón, desfilando a un lado de Pepe Yunes Zorrilla en Xalapa.
Karime Macías, en el otro extremo del planeta.
Los seis perros de Duarte, a quienes siempre amó más, mucho más que al millón de indígenas de Veracruz, sabrá su destino.
Los dos caballos de Karime que tenían una alberca y un hospital para ellos en el rancho “Las mesas” del Valle de Bravo, abandonados.
Doce de sus ex compañeros de viaje sexenal, presos unos, otros en arraigo domiciliario, huéspedes en el penal de Pacho Viejo.
Otros de sus secretarios, prófugos de la justicia.
Y en la Fiscalía, pendientes de dictaminar sobre 315 ex servidores públicos más en la picota que según la Contraloría con su denuncia penal habrían desviado 48 mil millones de pesos.
Más las 6 denuncias que Juan Manuel Portal dejara listas en la Auditoría Superior de la Federación en contra de Duarte por un total de 4 mil 435 millones de pesos más y con la que suman sesenta y nueve denuncias penales en total.
Y de ñapa, y por su culpa, el PRI en tercer lugar de las encuestas de cara a las elecciones de diputados locales y federales, senadores, gobernador y presidente de la república.