Barandal
Luis Velázquez
VERACRUZ.- ESCALERAS: Sin importar quién caiga, el góber azul tiene un solo proyecto político. Nada le ocupa más que heredar el poder a los hijos. Por eso, todos los días descalifica a los políticos de la llamada “Década Perdida”, los años que van del 2004 al 2016, de Fidel Herrera a Javier Duarte.
París (el trono imperial y faraónico), se ha de repetir, bien vale una misa.
En el penal de Pacho Viejo, ya tiene a siete políticos, como ningún otro ex gobernador.
Incluso, a nivel nacional, podría asemejarse a José López Portillo, el filósofo de la política que encarcelara a siete echeverristas, entre ellos, Eugenio Méndez Docurro y Félix Barra García, el primero, nacido en el puerto jarocho, y el segundo, en Poza Rica, el primero secretario de Comunicaciones y el segundo secretario de la Reforma Agraria con Luis Echeverría.
Y si López Portillo refundió en la cárcel a tal par de jarochos, entonces, Miguel Ángel Yunes Linares vive obsesionado en encarcelar a Fidel Herrera Beltrán, iniciado, por cierto, en la política federal con Echeverría.
Así, mientras el Yunes azul está en la cúspide “del pinche poder” como le llamaba el fogoso, los duartistas están en desgracia.
Peor tantito: varios de ellos, muchos quizá, “han tirado la toalla” y se han doblado, temerosos de que un día cualquiera la Fiscalía de la Venganza vaya por ellos.
Por ahora, “todas las flechas apuntan” (Jan Martínez Ahrens) a Tarek Abdala, acusado de desviar 26 mil millones de pesos, y a Alberto Silva Ramos (los dos diputados federales), acusado del desvío de 1,500 millones de pesos, acusado, además, por su antecesora, Gina Domínguez, quien, se afirma, en la audiencia penal, presa en Pacho Viejo, vomitó en su contra.
Todos, no obstante, son utilizados por el góber azul como productos desechables. Sirven a su proyecto. La alcaldía, para un hijo, y la gubernatura, para el otro. El mismo, precandidato presidencial.
BARANDILLA: Los duartistas están en una posición demasiado débil. Los abusos y excesos del poder les llevaron “a ponerse de pechito” al reino de Yunilandia.
Y desde el primero de diciembre del año anterior, los misiles, los bazukazos, el rafagueo tiene en una crisis nerviosa insólita a todos ellos.
Es más, tan duros están los ramalazos azules que hasta el profesor y cacique magisterial, Juan Nicolás Callejas Arroyo, gurú de la sección 32 del SNTE, clamó, desde su retiro, el perdón y la amnistía para los duartistas.
Pero de nada sirvió.
Peor tantito: el jueves 27 de julio, la diputada yunista, Marijose Gamboa, tronó en contra del arzobispo de Xalapa, Hipólito Reyes Larios, a quien reprochó su servilismo a Javier Duarte y a Fidel Herrera.
Y aun cuando corre el riesgo de una excomunión, ella se lanzó contra una de las figuras simbólicas de la iglesia para cubrir el expediente negro que faltaba a Yunilandia, que todo desea arrasar sin dejar “títere con cabeza”.
Un montón de políticos, entonces, en la cuerda floja.
Y de paso, una parte de los medios, considerando que Duarte gastó en casi seis años un aproximado de ocho mil millones de pesos para que la prensa hablara bien de él y de los suyos.
Ya antes había sido filtrado. Ahora, dejaron correr en el carril mediático que desde el penal de Pacho Viejo donde está preso, Arturo Bermúdez Zurita, ex secretario de Seguridad Pública, delató una parte de la lista de los medios financiados en el duartazgo.
Nadie duda, entonces, que al ratito, cuando el gobierno azul lo necesite, más nombres de medios y reporteros serán filtrados.
Total, Bermúdez está preso, y si es cierto que está “soltando la sopa”, ni hablar, busca salvarse, y si es una mentira, entonces, nada puede hacer.
Yunilandia apuesta a desgastar más y más, hasta el descrédito total y absoluto, a los duartistas.
Sólo cuando el primogénito sea lanzado como candidato a gobernador el año entrante y gane en las urnas, el góber azul alcanzará la felicidad plena.
Y más, si de pronto, su jugada presidencial cuaja y su candidato gana y se incorpora al gabinete federal, de igual manera como Fernando Gutiérrez Barrios, dos años mandatario de Veracruz y secretario de Gobernación en el salinato.
CASCAJO: Un Yunes Márquez, alcalde de cuatro años con posibilidad de reelegirse ocho años más.
Otro Yunes Márquez, el gobernador número 76 de Veracruz y por seis años.
Y Yunes Linares, en el gabinete federal 2018/2024.
Es más, y en la cúspide de las elucubraciones, en el carril político ya se habla de que Fernando Yunes gobernara Veracruz en el año 2024, de tal forma que el padre heredará a un hijo la silla embrujada de Xalapa y el hijo la heredará al hermano.
Por eso mismo son llamados la dinastía Kennedy del Golfo de México y tanto se lo han creído que leen la biografía de los otros Kennedy, los de Estados Unidos, los Kennedy originales.
Más, mucho más lodo seguirá cayendo.
En la historia, los nuevos imperios y emporios se construyen sobre los escombros de otros.
El duartismo ya se acabó. El fidelismo también. Y del alemanismo nadie se acuerda.
Ahora, es el tiempo del yunismo.
Por ninguna razón, Yunes Linares dará su brazo a torcer. Y la batalla seguirá en medio de la tensión más cardiaca de la historia local.