Luis Velázquez | Escenarios
12 de abril de 2021
UNO. Políticos asesinados
Las campañas de los candidatos a diputados federales y locales y gobernadores van caminando y el camposanto sigue llenándose de políticos asesinados en el país y rafagueados en sus casas y levantados y desaparecidos.
Al momento, y según la secretaria de Seguridad Nacional, un aproximado de ciento diecisiete (117) políticos amenazados y agredidos y ejecutados también.
Por ahora, ningún detenido, ningún indiciado, sabrá el chamán el avance de cada investigación si es que cada una sigue su paso y tiempo.
DOS. Regreso al pasado…
De algún modo se está volviendo al primer tramo del siglo pasado cuando las decisiones políticas se arreglaban a base de tiros, balazos, emboscadas y asesinatos.
Quizá, el episodio más cruento fue la matanza de Topilejo cuando fueran asesinados cien seguidores y feligreses de la capilla de José Vasconcelos Calderón, el filósofo, político, maestro y escritor que enfrentara a Plutarco Elías Calles con su candidato presidencial.
Por ahora, se entendería que ninguna autoridad puede levantar el dedo acusatorio señalando a los presuntos homicidas y agresores.
Pero al mismo tiempo, nadie dudaría de que los carteles y cartelitos, aliados quizá con tribus partidistas, están moviendo los astros.
TRES. Malas amistades
En Veracruz, por ejemplo, semanas anteriores, el góber obradorista habló de carteles, narcopolíticos y narcopolicías que en alianza operan de norte a sur y de este a oeste.
Incluso, aseguró que irían por todos ellos, pues hay políticos, incluso presidentes municipales en funciones, que suelen concesionar a los malandros la tesorería municipal, la dirección de Obra Pública y la comandancia policiaca.
Pero también, las alcaldías.
En la versión extraoficial se afirma que el gobierno del estado tiene la mira puesta en el sur donde se estaría dando la mayor incidencia de políticos con malas amistades.
CUATRO. Mapa de la violencia
El caso es que, con todo, las amenazas, agravios, secuestros, levantones y crímenes de políticos aspirantes y suspirantes a una curul federal y local y a los Ayuntamientos siguen concitándose, sobre todo en 6 entidades, dijo la secretaria de Seguridad Nacional.
Ella omitió precisar los nombres del sexteto de estados más peligrosos en el tiempo electoral que se vive.
En cada proceso electoral, la rebatinga por el poder alcanza los más altos decibeles.
Pero, bueno, más allá de cada momento cívico pareciera que ahora están recrudecidos.
El país, oliendo a pólvora y sangre.
CINCO. Negocios suculentos
Como primera hipótesis sería demasiado ruin y miserable pensar que un grupo, tribu, elite política intenta eliminar al enemigo, rival, opositor, adversario, y lo amenaza y/o asesina… que casos, claro, suelen darse.
Se derivaría, entonces, que atrás de la violencia en contra de los políticos estaría, acaso, filtrada la mano de los malandros, en todo caso, aliados con los políticos y que socios, cómplices, se habrían vuelto.
Más, en un país donde cada vez aparecen más carteles y cartelitos disputando los grandes y suculentos negocios fáciles y que han llegado a la política.
SEIS. El narco/Estado
Con todo, la violencia desbordada, fuera de control.
Nada de “amarse los unos a los otros” como es la utopía obradorista.
Nada de pactos con los carteles porque simple y llanamente, ellos están en su negocio, y punto.
Ningún caso tiene, entonces, saludar de mano a las señoras madres de los malosos y hasta cabildear para que uno que otro, presos en Estados Unidos, sean extraditados.
Cada quien en su tarea, el llamado Estado de Derecho evidenciado como el Estado Fallido, el Estado Delincuencial, el Estado Malandresco.
El Narco/Estado de los carteles y cartelitos, anexos y conexos.