Jaime GUERRERO
Oaxaca.- A más de 1 año de la liberación del precio de la gasolina, para el caso de Oaxaca, no hay competencia real que permita mejores precios al público consumidor. Los beneficios planteados por el Gobienro de Enrique Peña Nieto e incluso del nuevo Presidente, Andrés Manuel López Obrador, son ficticios.
En mayo de 2018, dos nuevas marcas comenzaron operaciones en Oaxaca: G500 y British Petroleum; la primera con dos puntos de venta y la segunda en tres.
El establecimiento de ambas, no representó grandes variaciones en los costos porque el combustible sigue siendo de Petróleos Mexicanos (Pemex) sólo con distintos aditamentos.
Además, las estaciones de servicio no cambiaron de dueño sino de franquicia por lo que no representó una variación importante de precios.
De acuerdo con datos de la Comisión Reguladora de Energía (CRE), hasta julio de 2018 existían 52 marcas de gasolina en el país.
En agosto de 2014, el entonces presidente de la república, Enrique Peña Nieto, afirmó que la reforma energética era “una reforma transformadora, que moderniza el marco constitucional para abrir el sector energético a la inversión, a la tecnología y a la competencia, permitiendo que el país cuente con mayor energía a menores costos”.
Por un lado, el costo del litro de gasolina creció en 3.62 y 3.45 pesos por litros de magna y premium respectivamente, en tanto que sólo han llegado dos nuevas marcas, pero que expenden gasolina Pemex.
El 30 de noviembre de 2017, el precio del litro de la magna se ubicó en 16.07, al 14 de enero de 2019 es de 19.69 pesos, es decir 3.62 pesos más por litro.
Así en poco más de un año, para llenar un tanque de 40 litros se requieren 144.8 pesos más pues éste pasó de 642.8 pesos a 787.6 pesos.
Los datos anteriores indican que no hubo una disminución en los costos como suponía la libre competencia.
Cabe recordar que López Obrador se comprometió en Compostela, Nayarit, a que de ganar las elecciones del 1 de julio, congelaría el precio de la gasolina, y en dos años, se reduciría el precio de los combustibles, el gas y la energía eléctrica.
“Vamos a producir en México lo que consumimos, vamos a garantizar nuestra soberanía alimentaria, vamos a rehabilitar las seis refinerías que tenemos, vamos a construir dos grandes refinerías en el Golfo de México y vamos a producir en México las gasolinas, y vamos a tener energía eléctrica suficiente, y gas, todos los combustibles, y vamos a bajar los precios de las gasolinas, del diésel, del gas, de la luz, ese es el compromiso que vamos a convertir en realidad”, prometió en ese entonces.
“De entrada, porque nos va a llevar dos años construir las dos nuevas refinerías. Van a costarnos 8,000 millones de dólares, ya sabemos que vamos a contar con ese presupuesto, pero de entrada ya no va a aumentar ninguno de estos energéticos, se van a congelar estos precios, ya no van a haber estos aumentos, en términos reales de combustibles, ya no va a haber gasolinazos, para que estén ustedes tranquilos. Y una vez que tengamos las dos refinerías, entonces vamos a bajar el precio de los combustibles”, dijo López Obrador en un mitin.