Tuxtepec, Oaxaca; 02 de agosto de 2016.– Del martes 23 al 28 de agosto, esta ciudad pulsó la semana más violenta en lo que va del 2016. El saldo de diversos sucesos violentos fue de siete personas muertas.
A pesar de que el clímax de inseguridad rebasó los niveles de tensión, el presidente de esta ciudad, Antonio Sacre Rangel, decidió ausentarse y patear sus obligaciones frente al grave escenario.
Así, con un municipio asediado por todas las fuerzas policíacas, dado el escenario de violencia que se alzó con siete personas asesinadas, Sacre Rangel escapó, blindado por tres patrullas policíacas. Su destino: el Puerto de Veracruz.
Pero el escape fue meramente vacacional, toda vez que, de acuerdo al reportero Antonio Mundaca en su nota intitulada “El Mariachi” (léase http://elmuromx.com/2016/09/01/el-mariachi/) el funcionario se refugió en la boda de Beatriz García Casado, hija de Yamil García Kuri y nieta de Don Javier García Sánchez.
A detalle, explica que para asistir al evento Sacre Rangel se enfundó su ropa más fina, sus botas puntiagudas, su sombrerote y su disfraz de marinero ranchero y con lentejuelas de regalo.
Y así, vestido de mariachi, el 27 de agosto -día en que fue asesinada una mujer en un callejón de la avenida Independencia- “El Gordo” Sacre fue visto en la iglesia “La Gran Madre de dios” ubicada en la avenida Tuero Molina, de la Col. Zaragoza del puerto jarocho. Tomó la hostia de manos del ex obispo tuxtepecano, José Antonio Fernández Hurtado, que viajó desde Durango para echar bendiciones a los poderosos.
Sacre se echó sus tequilas con la crema y nata de Veracruz, no sin antes facturar los recuerditos y hospedajes al ayuntamiento de Tuxtepec. Mientras el oneroso munícipe se echaba sus alipuses y se convertía en el chocholazo de la alta alcurnia en el puerto vecino, custodiado por tres patrullas llenas de policías municipales; en Tuxtepec arribaba el ejército, la policía federal y la zozobra invadía a los tuxtepecanos que veían sus calles convertidas escenario de balaceras y asesinatos.