Escenarios
Luis Velázquez
06 de agosto de 2019
UNO. ¿Cuándo serán liberados?
El dato es oficial. Y estrujante. En las
cárceles de Veracruz hay setecientos indígenas cumpliendo condenas. Solo siete
están ligados al crimen organizado. Los otros, quizá la mayoría, por el
terrible y espantoso delito del robo de una gallinita o un pollito para llevar
el itacate a casa a los hijos y a la esposa y a los padres ancianos.
Se trata, diría aquel, “de los daños
colaterales”, inevitables, ajá, del gran fracaso de la política económica
y social de todos los tiempos.
Económica, dada la incapacidad del Estado para
garantizar un empleo digno a los habitantes de las regiones serranas.
Y social, porque desde siempre, todavía hoy,
“la mano tendida” de los programas sociales solo constituye un
paliativo para salir del paso.
Se olvida la premisa universal: en vez de
regalar pescado a la población… enseñar a pescar.
Los pobres “y los pobres entre los
pobres” viviendo de la caridad pública.
Así, y de paso, se amarra el voto electoral en
las urnas.
DOS.
Carecen de un traductor…
El número de indígenas presos en las cárceles de
Veracruz fue revelado por la directora general del Instituto de Asuntos Indígenas,
María Xóchitl Molina González, a la reportera Maryjose Huerta, del periódico
digital “Crónica de Xalapa”.
Según ella, hay ochocientos traductores
atendiendo asuntos penales cuando lo solicitan.
Pero…oh señal indicativa y significativa, los
700 indígenas están presos, simple y llanamente porque carecen de un traductor.
De cualquier manera la esperanza para la posible
libertad de los indígenas se inflama y fermenta.
TRES.
Hora de la libertad
Según la directora hay ochocientos jóvenes que
dominan la lengua indígena como estudiantes registrados en la SEV.
Y, bueno, si así es, entonces, la autoridad bien
pudiera mirar hacia ellos para agilizar la libertad de todos ellos.
Más cuando alardean de tener la Academia de las
Lenguas.
De acuerdo con la funcionaria, los indígenas
están presos por el robo y el abigeato.
Sea como sea, en el tiempo de la república
amorosa y la llamada (por decreto) Cuarta Transformación, es la hora de
aterrizar con hechos concretos y específicos la libertad de todos ellos.
CUATRO.
Los días caminan en medio de promesas
Una vez más, el gobierno de Veracruz festina la
alfabetización de las 500 mil personas de 14 años de edad sin saber leer y
escribir, sobre todo mujeres.
También hace unas dos semanas lanzaron parece el
fuego pirotécnico de la libertad del mayor número de indígenas.
Y al momento, nada.
Se entiende: ha de observarse un proceso penal.
Un cabildeo, incluso entre las partes para conciliar objetivos.
Pero cuando se acerca el primer informe del
gobernador y el resultado es el desencanto, entonces, caray, liberando a los
presos bien pueden merecerse los reflectores.