- Fuera del paraíso
- Corriente Democrática
Escenarios
Luis Velázquez
Veracruz.- UNO. Priistas maniatados
El PRI lanzó a sus veinte candidatos pluris a diputados locales. Y dejó fuera a los tótems sagrados. Los gurúes. Los héroes de mil batallas. Los expertos. Los políticos doctorados en el campo de batalla. Los operadores. Los negociadores.
Ni hablar, su tiempo habría pasado. Pero al mismo tiempo, queda claro: el desdén por la meritocracia, la inteligencia, el talento, la experiencia, los años vividos, los años fogueados. Más que premiar la experiencia, enaltecer a los amigos, los cómplices, los socios.
Aunque sea unos imberbes en las artes y la estrategia de la política.
Por ejemplo: ningún miembro de la Corriente Democrática del PRI tuvo la oportunidad. Ni siquiera, vaya, en el número 8 de la lista pluri, pues de acuerdo con los conocedores será difícil entren los demás.
Desde luego, desde la fundación del partido abuelito del PRI en 1929, el PNR, ha sido así. Y nada indica que las circunstancias cambien… por más y más ‘golpes de pecho’.
DOS. Lanzados del paraíso
Fuera quedaron, por ejemplo, Ricardo Olivares Pineda, quien a los 25 años era secretario particular del poderoso, poderosísimo Manuel Carbonell de la Hoz, subsecretario General de Gobierno, durante 72 horas candidato de Luis Echeverría Álvarez a gobernador.
Salvador Valencia Carmona, ex presidente municipal de Xalapa, ex diputado federal, ex rector de la Universidad Veracruzana, investigador y académico de la UNAM, con libros publicados sobre Derecho Constitucional.
Y más aún, porque mucho, muchísimo se duda exista hoy en Veracruz un político con tanta autoridad moral como Valencia.
Manuel Ramos Gurrión, ex diputado federal y ex senador de la república, amigo de Luis Donaldo Colosio, el mártir priista del siglo XX, director del Instituto de Pensiones, ex presidente del CDE del PRI.
Eduardo Thoame, ex diputado federal y ex senador de la república, coordinador de la campaña de Agustín Acosta Lagunes como candidato a gobernador.
Joel Hurtado Ramón, la inteligencia más incandescente de su generación, orador fuera de serie, incendiario y encendido, polemista excepcional.
Y el profesor Abel Cuéllar Morales, director de Educación Física con Rafael Hernández Ochoa.
Entre otros.
TRES. Terrible crisis partidista
Entre Salvador Valencia y Juan Carlos Molina Palacios, el PRI de Américo Zúñiga Martínez privilegió al líder cenecista.
Entre Manuel Ramos Gurrión y Jorge Moreno Puga, el tricolor se fue por el consejero político del senador Héctor Yunes Landa.
Entre Eduardo Thoame y el líder electricista de la región de Orizaba, Víctor Manuel García Trujeque, el tricolor inclinó la balanza por el dirigente sindical.
Entre Ricardo Olivares, uno de los mejores operadores políticos, cabildero, negociador, apostaron a Marco Antonio del Angel, el vocero del partidazo, hijito de César del Ángel, el líder de los 400 Pueblos, encarcelado por el gobernador Yunes.
Así andamos.
Crisis partidista, crisis política, nuevas elites priistas en el poder, club de amigos, compadres y barbies que siempre ha sido el tricolor, la Corriente Democrática del PRI (parece se llama Corriente Democratizadora) deberán dedicarse a otra cosa.
Mejor dicho, entender de una vez que su tiempo y vigencia en el PRI se ha cerrado.
Y ahora, solo les quedaría igual que a la “Vía Veracruzana” de Felipe Amadeo Flores Espinoza y Mario Tejeda Tejeda, pasarse al PAN de Miguel Ángel Yunes Linares.
Y/o a Morena, con Cuitláhuac García Jiménez y Rocío Nahle.
CUATRO. Carlos Brito juega sus canicas
En su momento, hicieron la lucha. Se esmeraron. Fueron plurales. Tocaron puertas en el CDE de Américo Zúñiga. Tomaron cafecito con Pepe Yunes Zorrilla. Triangularon con el CEN de Enrique Ochoa Reza.
Y hacia el final de la noche, el limbo. Nada para ellos. Quedaron encuerados (porque se mostraron) y alborotados. Nadie los peló.
Más, mucha más fuerza de Carlos Brito Gómez, quien solito, llanero solitario, sigue de presidente de la llamada Comisión de Procesos Internos, y con todo y que, digamos, nadie le haga caso, ahí está, jugando con las canicas que le han dado cuando menos en el carril partidista y mediático.
Ninguno de la Corriente Democrática, por ejemplo, fue asesor de Javier Duarte como Carlos Brito, que habría cobrado, igual que sus compañeros de gabinete, José Murat Casab y Enrique Jackson, un millón de pesos mensuales.
Y sin recibo.
CINCO. “El buen gavilán no chilla”
Peor tantito:
Aun cuando Fernando López Arias, 1962/1968, decía que “suplente ni de Dios”, ningún miembro de la Corriente Democrática fue palomeado como diputado local.
Con todo y que a partir de este periodo legislativo ya pueden reelegirse por tres tiempos consecutivos para usufructuar la curul y sus privilegios, que son mucho más, durante catorce años consecutivos.
Menos, mucho menos, los tomaron en cuenta para la curul federal.
Y del Senado, ni pensar.
Pudo más, mucho más, Callejitas (Juan Nicolás Callejas Roldán, el sicópata magisterial acusado así por una prima) que todos los méritos políticos y académicos, y autoridad moral “a prueba” de Donald Trump del doctor Salvador Valencia.
Si de consuelo sirve quedaría rematar oliendo la degradación política, social y electoral del tricolor.
Tres derrotas seguiditas en menos de un año con la gubernatura, el Congreso y las 173 presidencias municipales, más lo que se acumule el primero de julio.
Ahora, solo les resta mirar para adelante. Y sin voltear a los lados ni escuchar el cántico de las sirenas.
Y sin dolerse.
Si “el buen gavilán no chilla”, “lo bailado tampoco nadie se los quita”.