EL PIÑATAZO
Loma Bonita, Oaxaca.- Aunque ya muchos perredistas comienzan a trabajar, cada uno por su parte, para ser contemplados como barajas de juego en víspera de la sucesión municipal, lo cierto es que tendrán que atarse a la definitiva decisión del jugador número uno: Felipe Reyes.
Quienes buscan las aristas de fogueo son: el constructor Ángel León Portugal, la profesora Irma Aguilar Salomón, el doctor Carlos E. Flores Vargas, el contador José Urbano Escalera y el actual secretario municipal y hermano de Felipe Reyes, Roberto Reyes, así como otros más que están sujetados a la nómina municipal y que, para participar, tendrán que renunciar a sus cargos.
Ellos, al menos en el ojo público, se muestran con la capacidad y solvencia política de su partido para buscar la silla que hoy ocupa Nahim Morales, presidente impuesto por el dedazo y quien llegó pese al enojo de la militancia de hueso colorado.
En ese mar de posibilidades, no hay que descartar a la esposa de Felipe Reyes, la señora Esther Pitalúa, quien ya ha pulsado el quehacer público en casi todas las administraciones amarillas, por lo que, de forma natural, se establecería en el carril de competencia.
Sin embargo, dadas las circunstancias de salud del diputado federal Felipe Reyes, quien cumplirá dos meses encamado en un exclusivo hospital de la Ciudad de México –debido a un grave problema de insuficiencia renal—podría descartar de origen a su esposa, quien se mantiene, a toda hora, a la expectativa de su situación.
Por lo anterior, Reyes Álvarez tiene prohibido inmiscuirse en temas políticos –por recomendaciones del doctor- pero, a sabiendas de su terquedad, se mantiene en la sintonía de lo que sucede. Todos los días le llevan la agenda pública para empaparse de lo que sucede y no en su territorio.
Al final de cuentas, si no hay opción de democracia plena en la elección del candidato, el dedazo caerá en algún alfil, otro sometido, otro títere, como Nahim Morales, quien es una noble persona pero que no tiene mando de gobierno ni mucho menos la astucia para desarrollar una política social diferente.