Por su bajo precio y su rápida preparación, estos productos son consumidos en todo lugar y momento
Cancún.- Desde hace más de 20 años que las sopas instantáneas llegaron al país los mexicanos las han consumido regularmente.
En un estudio que realizó el portal El Poder del Consumidor advierten acerca del riesgo silencioso que asumes al consumir regularmente estos productos, a continuación te presentamos qué contienen estas sopas y por qué se debe evitar su consumo a toda costa.
Su llegada a México
Por su bajo precio y su rápida preparación, estos productos son consumidos todo lugar y momento. Así, las sopas instantáneas, que llegaron a nuestro país en 1988 para ser vendidas como una botana ocasional, se han instalado en la dieta básica de los mexicanos y han desplazado a verdaderos alimentos, como el frijol.
Una investigación realizada por el semanario Día Siete, advertía que para julio de 2005 los mexicanos ya consumían 4.5 millones de vasos de sopa instantánea al día, lo cual entrañaba un riesgo para su salud de la población por los desórdenes alimenticios que esto ocasionaba.
En 1988, los mexicanos consumían 73 mil 920 sopas a la semana, procedentes de Estados Unidos. En el 2004, la cifra subió a 134 millones 600 mil sopas a la semana, para una venta de 4.5 millones de sopas al día, el 15% del consumo mundial.
¿Qué contiene en realidad una sopa instantánea?
Gracias a la siguiente radiografía podemos conocer con exactitud qué ingredientes contienen las sopas instantáneas con sabor a “caldo de pollo”.
Ingredientes principales
2 gramos de azúcar, lo cual equivale a aproximadamente media cucharada de azúcar
El total de fibra por paquete o vaso es de 2.1 gramos.
Una porción contiene 1,190 gramos de sodio.
Vegetales deshidratados
Maltodextrina (un tipo de azúcar)
Glutamato monosódico (un tipo de sal)
Maíz
Lactosa (un tipo de azúcar)
Caldo de pollo
Lecitina de soya
Bajo la lupa:
Harina de trigo, minerales y vitaminas (niacina, hierro reducido, mononitrado de tiamina, riboflavina, ácido fólico), aceite vegetal (canola, semilla de algodón, palma), sal, vegetales deshidratados (4% zanahoria, maíz, chícharos, ajo, cebolla, tallo de apio) , maltodextrina (un tipo de azúcar), glutamato monosódico (un tipo de sal), azúcar, maíz, trigo y proteína de soya hidrilizados, grasa de pollo, pollo cocido en polvo, especias, levadura, salsa de soya deshidratada (utilizada para salar), carbonato de potasio (un tipo de sal), fosfato de sodio (un tipo de sal), carbonato de sodio (otro tipo de sal), inosinato disódico, guanilato disódico (dos tipos de sal), dióxido de silicio (agente antiendurecedor), lactosa (un tipo de azúcar), caldo de pollo, lecitina de soya.
El ingrediente más preocupante es el glutamato monosódico:
Este componente es un potenciador del sabor y del olor, además de acortar su tiempo de preparación; sin embargo, es también el responsable de que causen adicción y el no sentirse satisfecho, además de puede causar incrementos en el peso corporal.
Valoración:
No recomendado para su consumo o evitar en la mayor medida posible por su alto contenido de sodio y grasa saturada. No ofrecer a los niños, ya que una porción cubre su requerimiento total de sodio para todo el día.
Con información de El Poder del Consumidor