#MetaDatos | Una investigación estadounidense publicada en el 2016, reveló que un grupo de académicos se infiltró a través de un grupo falso de Facebook en una red de sujetos que afirmaron pertenecer a varios grupos del crimen organizado, entre ellos el Cártel de Sinaloa y el Cártel del Golfo.
La investigación arrojó pocos datos sobre las operaciones que llevan a cabo los cárteles en el ciberespacio, pero comprobaron que en las redes sociales operan actores encubiertos en las esferas del crimen organizado. Expertos apuntan a que detrás de algunas de las páginas de periodismo ciudadano, así como perfiles de capos famosos podrían haber actores encubiertos.
Ivonne Ojeda de la Torre
Ciudad de México (SinEmbargo).– En el año 2016 un grupo de investigadores estadounidenses se infiltró en una red de usuarios de Facebook que se autoidentificaron como miembros de la delincuencia organizada. Los resultados concluyeron que los cárteles mexicanos emplean esta red social para comunicarse. El estudio se realizó a partir de varias metodologías, una de ellas la observación desde un perfil que imitó ser parte de la dinámica con el objetivo de aproximarse a sus sujetos de observación.
El resultado arrojó que en Facebook se llevan a cabo operaciones por miembros de la delincuencia organizada, pero de manera simultánea y externa al estudio se comprobó la hipótesis que sostienen académicos y especialistas mexicanos como Guadalupe Correa-Cabrera, autora del libro Los Zetas, Inc., respecto a que los perfiles de supuestos miembros de la delincuencia organizada que proliferan en las redes sociales son perfiles apócrifos en algunos casos.
En entrevista con SinEmbargo, la especialista señaló que los perfiles de usuarios relacionados con el crimen organizado, incluso aquellas páginas de Facebook que alertan sobre situaciones de riesgo pudieran al algunos ser creados por agencias de inteligencia nacionales e internacionales, periodistas o investigadores con el propósito de infiltrarse en ellas para llevar a cabo investigaciones de diversa índole. El resultado es que la red de usuarios que alimenta la narcocultura en la plataforma, no es una Red homogénea, ni quienes están detrás de ella son siempre quienes afirman ser.
“Es muy difícil saber si estamos hablando de operaciones psicológicas que están manejando agencias mexicanas de la mano con agencias estadounidenses o si son realmente los narcos o la gente que está relacionada con estos grupos los que están mandando estos mensajes”, afirmó la investigadora a este medio.
Desde el 2010 en la esfera digital de México, sobre todo en Facebook han proliferado perfiles de usuarios que se definen como miembros de la delincuencia organizada o de perfiles ciudadanos que se dedican a realizar denuncias y reportes de riesgo, pero el fenómeno del que se desprenden estas dinámicas está minado por actores encubiertos. El resultado es que nunca se sabe quién opera realmente las cuentas de los supuestos sicarios y periodistas ciudadanos que proliferan en Twitter y Facebook, detalló Correa-Cabrera.
ESTUDIO REFUERZA LA HIPÓTESIS
Una muestra de que esta dinámica ocurre y de que los actores que participan en ella también pertenecen al ámbito académico es el estudio titulado “The Use of Social Media by Alleged Members of Mexican Cartels and Affiliated Drug Trafficking Organizations”, realizado por Justin Nix, de la Universidad de Nebraska, Michael R Smith de la Universidad de Texas, Jeff Rojek de la Universidad de Carolina del Sur y otros académicos quienes observaron una red compuesta por 75 usuarios de Facebook por un periodo de cuatro meses durante el año 2016.
La identificación de usuarios comenzó a partir del reconocimiento de palabras clave empleadas por el crimen organizado. Los criterios de selección de la muestra se realizaron con base en características de autoidentificación, entre éstas que los sujetos mostraran tatuajes alusivos a cárteles mexicanos, difundieran fotografías u otros contenidos referentes a los grupos criminales entre otras características.
En este primer nivel de la investigación los académicos abrieron un grupo de Facebook a partir de un correo electrónico no rastreable. El grupo falso sirvió para observar, pero de acuerdo con el reporte, los investigadores no interactuaron con los sujetos.
Aunque una de las directrices de la investigación impidió a los investigadores crear vínculos directos con los sujetos como admitir solicitudes de amistad, el reporte señala que incrementaron el acceso a algunos perfiles en casos en que el individuo les concedió un acceso mayor, por dar un ejemplo, los investigadores refirieron que si el perfil falso era etiquetado en una fotografía, les era posible acceder a más datos que de otra manera no habrían obtenido.
A la primera red de usuarios identificada por los investigadores anexaron más sujetos de manera gradual. Para la segunda fase se realizó un análisis de sus interacciones. Durante semanas, los investigadores estudiaron cómo se relacionaron estos sujetos entre sí,
Entre sus hallazgos los investigadores mencionan que la mayoría de los sujetos dijeron pertenecer al Cártel de Sinaloa, de estos, 46 sujetos dijeron pertenecer a la agrupación de los Antrax, el brazo armado de este cártel. Un porcentaje menor de la muestra dijo pertenecer al cártel de los Zetas y un porcentaje todavía menor dijo ser parte de las agrupaciones criminales: Gente Nueva, Cartel de Golfo, Cartel de Jalisco, Cártel de Pacífico, y Viajes Carrillo.
De acuerdo con los investigadores, los resultados coinciden con las estimaciones de la DEA que señalan al Cártel de Sinaloa como el que presenta mayor extensión e influencia en México. En tanto que los Zetas han comenzado a fragmentarse y han perdido miembros clave. Las interacciones encontradas en la Red fueron presentadas como una reafirmación de lo que las investigaciones llevadas a cabo por la autoridades estadounidenses han señalado de manera previa.
En las interacciones que los usuarios generaron durante el periodo de observación se encontró que 62 de los 75 perfiles monitoreados tenían un amigo en común entre ellos. En esta Red, ninguno de los usuarios que dijeron pertenecer a los Zetas mostraron nexos con otro cártel pero entre los miembros del cártel de Sinaloa se observó que también dijeron pertenecer al grupo de los Antrax, en tanto que el miembro del Cártel Jalisco dijo también pertenecer al Cártel de Sinaloa.
“Los patrones de asociaciones encontrados en el análisis de redes sociales confirman alianzas entre el Cártel de Sinaloa, el Cártel del Golfo, Gente Nueva (otra ala ejecutiva del Cártel de Sinaloa) y seguidores de Mayo Zambada (“El Mayo”) quien, según los informes, asumió el liderazgo del Cártel de Sinaloa tras el arresto de “El Chapo” Guzmán en febrero de 2014 (Gagne 2015),” señala el estudio.
Los investigadores concluyeron, en el estudio publicado en el Journal of Homeland Security and Emergency Management, que se encontraron abundantes evidencias de interconexión entre estos sujetos a pesar de identificarse con diferentes grupos criminales que resultaron notorias en la comunicación entre amigos de la red. En estas conversaciones destacaron las acciones de alardeo sobre actividades ilegales así como la ejecución de amenazas directas e indirectas, además de informar sobre viajes que según los investigadores puede ser interpretado como actividad táctica.
Los usuarios también usaron Facebook con otros propósitos, presumir logros, reafirmar poderío y amenazar a grupos rivales fueron las actividades más comunes encontradas. De acuerdo con los investigadores estas acciones contribuyen a generar cohesión social en el grupo.
“Usaron palabras, frases, jerga, y referencias geográficas (a menudo en código) sugestivas de conocimiento interno de operaciones de cartel. Además, sus afiliaciones de grupo autodescritas y las conexiones (o, a veces, la falta de ellas) entre grupos se alinean con lo que está actualmente conocido sobre facciones de carteles en México por informes de los medios tanto en México como los Estados Unidos. Los Zetas, por ejemplo, no estaban afiliados con el Cártel de Sinaloa y sus pandillas asociadas, que es precisamente lo que uno esperaría para encontrar utilizando métodos de recopilación de inteligencia más directos”, concluye el estudio.
Los investigadores concluyen que esta metodología puede ser incorporada a otras operaciones de inteligencia a partir de la recolección de datos en redes sociales.
SESGOS Y MIRADA EXTRANJERA
Guadalupe Correa-Cabrera sostuvo que el análisis de las interacciones resulta insuficiente para entender la naturaleza de las operaciones que lleva a cabo el crimen organizado en el ciberespacio.
A esto se suma que de acuerdo con la especialista, las investigaciones que se han conducido en esta materia muchas veces presentan problemas no solo por las barreras del idioma, sino por el enfoque político que presentan.
Es el caso de grupos conservadores y de derecha en los Estados Unidos donde persiste el interés de ejercer presión a México a partir de la promoción de narrativas que sitúan al país como un territorio controlado por el crimen organizado que representa una amenaza y un riesgo que requiere se controlado.
“Estamos con la idea de que los cárteles mexicanos son terroristas, una visión concertada de la derecha norteamericana una visión de que tenemos que reflejar el problema de México porque van a venir aquí (EU) los cárteles,” sostuvo la investigadora.
Sin embargo, hasta el momento se ha publicado poca información concluyente sobre las operaciones de los cárteles en México, si bien se ha detectado ya a Facebook como una de las plataformas con mayor presencia de estos grupos criminales.