Ariadna Ortega
CIUDAD DE MÉXICO (Expansión) – El 18 de febrero de 2013, Edgar Veytia fue nombrado fiscal general de Nayarit para un periodo de siete años. Cuando asumió el cargo, en su primer mensaje dijo que el estado del occidente mexicano “no es tierra fértil para la delincuencia”, por lo que prometió hacer del combate al crimen una prioridad.
Cifras oficiales muestran que de 2013 a 2016, sus primeros años en la fiscalía, la frecuencia de delitos como el homicidio bajó de 110 casos a sólo 14, una circunstancia que músicos locales incluso presumieron en un corrido.
“Nayarit era un campo de guerra, metro a metro muertos por montón, un milagro ocupaba esta tierra que del cielo mandara el señor, Edgar Veytia se llama el milagro que la tranquilidad regresó, arriesgando la vida ha logrado que la gente se sienta mejor”, dice el tema del trío Enigma Norteño, que también ha dedicado canciones a Joaquín Guzmán, el Chapo, presunto líder del cártel de Sinaloa extraditado este año a Estados Unidos.
Sin embargo, los datos de incidencia delictiva no son lo único que Veytia ha registrado en su gestión. Desde que asumió, el fiscal ha enfrentado diversos señalamientos de tener nexos con el narcotráfico y esta semana sufrió un golpe mayor al ser detenido con droga en EU, donde está a la espera de un proceso penal.
Cerca del gobernador
Licenciado en Derecho por la Universidad del Alica, en Nayarit, y maestro en Ciencias Forenses, hasta esta semana Veytia había sido una figura cercana al gobernador Roberto Sandoval, con quien comenzó a colaborar desde 2008.
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Ese año asumió la dirección de Tránsito y Vialidad del municipio de Tepic cuando Sandoval era alcalde. Ahí permaneció dos años hasta que fue nombrado secretario de Seguridad Pública, y posteriormente, cuando Sandoval se convirtió en gobernador en septiembre de 2011, Veytia ascendió a subprocurador de justicia.
Poco tiempo después, en diciembre, sufrió un ataque por parte de presuntos integrantes del crimen organizado. Los hechos ocurrieron cuando el funcionario llegaba a su casa, en el sur de la capital estatal; los atacantes se enfrentaron con sus escoltas y él resultó ileso.
En 2012, Veytia fue nombrado encargado de despacho de la procuraduría del estado, y un año más tarde recibió el aval del Congreso para convertirse en fiscal general, luego de la reforma que dotó de autonomía a esta institución.
Las sombras del fiscal
El ascenso de Veytia en el gobierno de Nayarit ha estado acompañado de críticas y diferentes acusaciones.
Medios locales han reportado que al funcionario se le señala de encubrir al Cártel de Jalisco Nueva Generación, una organización a la que se atribuye el secuestro de Iván Guzmán Salazar, hijo de Joaquín Guzmán.
En 2013, por ejemplo, ejidatarios y pobladores de una comunidad del municipio de Compostela —cuya alcaldesa actual, Alicia Monroy Lizola, es suegra de Veytia— lo vincularon con amenazas, extorsiones y despojos por parte del crimen organizado. De acuerdo con los quejosos, el fiscal protegía a los delincuentes.
Otra acusación reciente es la de hijos de Julián Venegas Guzmán, compadre de Joaquín Guzmán, quienes lo señalaron de encubrir el secuestro de su padre e, incluso, de haber permitido que policías estatales intervinieran en el hecho.
Hoy, luego de ser detenido en San Diego en posesión de droga, Veytia está tras las rejas en EU, donde se le procesará por conspiración para distribuir, importar y producir heroína, cocaína, marihuana y drogas otras sinteticas, y en el expediente judicial se le identifica como el Diablo, Eepp y el Licenciado Veytia.
El gobernador ha decidido desmarcarse del fiscal y este miércoles, en una rueda de prensa convocada de última hora, señaló que hasta antes del lunes “habría metido las manos al fuego” por su antiguo colaborador.
