Luis Velázquez /Escenarios
Veracruz, 27 de julio de 2017 Uno. El priista traidor Hacia mediados de la campaña de los candidatos a presidente municipal de Veracruz de este año, ninguna duda existía entre las elites priistas que el alcalde Ramón Poo Gil, jugaba las contras a Fidel Kuri Grajales, el valiente tricolor y empresario soberbio y petulante que aceptó la nominación luego de que la trinca Anilú Ingram, Marlon Ramírez y Ramón Poo habían perfilado y tirado del caballo a mitad del río a Gustavo Sousa Escamilla, Francisco Ávila Camberos, Antonio Sierra y Jorge Koffau.
Incluso, el estratega electoral, y director de Gobernación del Ayuntamiento y quien nunca en su vida partidista había perdido una elección, Zeferino Tejeda Uscanga, lo sabía, mejor dicho, lo olfateaba. Pero guardó silencio. Se hizo omiso y occiso. Tiempo, diría Fidel Herrera Beltrán, de sumirse.
Por ejemplo:
Para entonces, Ramón Poo había manejado sus fichas a favor del candidato de MORENA a la alcaldía, el constructor Ricardo Exsome Zapata.
Primera ficha:
Guadalupe Tapia, directora de Desarrollo Social de la comuna, operadora de Héctor Yunes Landa en el puerto jarocho, y quien había llevado la operación social y electoral de las candidatas a diputadas federales, Nelly Miranda y Araceli Baizabal.
Y con toda su experiencia política y redes sociales, ningún dedo había movido Guadalupe Tapia a favor de Fidel Kuri.
Y por el contrario, cabildeó una reunión estelar de líderes de colonias populares con Ricardo Exsome.
Más aún: las versiones indicen que Guadalupe Tapia también cabildeó a favor del candidato panista, Fernando Yunes Márquez, pues había sido operadora electoral del clan de los Yunes azules en Boca del Río.
Fue aquel tiempo cuando Ranulfo Márquez Hernández, el amigo más leal y capaz de Fidel Herrera Beltrán, la conoció en el carril político y la sedujo para trabajar en la cancha priista.
Segunda ficha:
Hiram Barragán, quien fue síndico con la presidenta municipal de Fidel Herrera, la oaxaqueña Carolina Gudiño Corro.
Operador de Fidel Herrera, empleado de Ramón Poo, de acuerdo con las versiones, Hiram Barragán se sentó con Ricardo Exsome para fortalecer su estrategia electoral acatando órdenes del alcalde.
Incluso, y cuando en el búnker rojo fueron informados, Barragán quiso “tapar el sol con un dedo” y le organizó un par de eventos a Fidel Kuri, digamos, en desagravio.
Pero el daño, la traición y la deslealtad estaban consumados.
Tercera ficha:
El doctor en Veterinaria, Gilberto Zamorano Morfín, ex director de Gobernación y quien terminó como asesor político de Ramón Poo Gil, también operó para el MORENA de Ricardo Exsome.
Por es que como parte de la llamada “Trinca Infernal” en rara y extraña alianza con Anilú Ingram (SEDESOL) y Marlon Ramírez (regidor electo para el Ayuntamiento de cuatro años), el presidente municipal del puerto jarocho repitió la estrategia (fallida por todos lados) de Javier Duarte de jugar con varios candidatos a la gubernatura…buscando amarrar con el posible triunfador y que estaba, a todas leguas, entre MORENA y el PAN con Ricardo Exsome y Fernando Yunes.
Dos. Frenó denuncia contra una diputada
Cuarta ficha:
El alcalde Ramón Poo paró en seco una denuncia que estaba lista para interponerse en el OPLE en contra de la diputada Marijose Gamboa Torales por el activismo y el proselitismo electoral regalando despensas a los pobres entre los pobres, a los jodidos y a los miserables que según el CONEVAL se concentran en el puerto jarocho, el municipio con más alta marginación social y económica de norte a sur y de este a oeste de Veracruz.
El punto neurálgico se explicaba a partir de los llamados actos anticipados de campaña a favor del panista Fernando Yunes Márquez.
Incluso, Poo Gil permitió una denuncia por las mismas razones en contra de Martín Capistrán, y quien se perfilaba como presidente del OPLE en el puerto.
Cosas raras y extrañas de la política:
En el OPLE la denuncia contra Martín Capistrán sufrió el más impresionante trámite burocrático, casi casi llegando al tortuguismo.
Poo Gil estuvo chapeando el camino a Fernando Yunes y lo que fue confirmado cuando los diputados Marijose Gamboa y Bingen Rementería anduvieron en la colonia Chivería en activismo electoral y de pronto, zas, se les apareció como grata compañía el director del Instituto Municipal de Vivienda, Arturo Cobos, enviado, claro, lógico, obvio, por el alcalde.
Tres. Jugó las contras a Fidel Kuri
Y si alguna duda existiera siempre estuvo como referente el ofrecimiento y la promesa de Ramón Poo a Fidel Kuri de financiar su campaña electoral con cincuenta millones de pesos, desde luego, con cargo al erario municipal, pues ni modo los sacara de su salario, de sus ahorros o de sus negocios particulares.
En el carril político se afirma que nunca el alcalde entregó los cincuenta millones de pesos, pero también que pudo significar una aportación menor y/o el dinero habría salido de las arcas con otro destino final.
Sabrá el chamán el secreto que Poo y Kuri habrían guardado.
En todo caso, el alcalde buscaba la impunidad necesaria ahora cuando hay ocho duartistas presos (siete en el penal de Pacho Viejo, y Duarte en el Reclusorio Norte de la Ciudad de México) y cuando hay un gobernador azul obsesionado con encarcelar al mayor número de duartistas y cuando la lupa del ORFIS, Órgano de Fiscalización Superior, y de la Contraloría, están al rojo vivo en la rendición de cuentas.
Y más cuando, y por ejemplo, el Ayuntamiento jarocho ejerce un presupuesto de entre 1,500 a 1,600 millones de pesos anuales, incluidos los recursos federales, y la ciudad, el municipio, están hechos un asco, con una ciudad oscura, baches por todos lados y un pésimo servicio del agua (que llega, incluso, sucia, renegrida y apestosa a los hogares).
Y más cuando Ramón Poo se ha convertido en abogado oficioso de la empresa brasileña, Odebrecht, tan desprestigiada en el continente latinoamericano con tanta corrupción política.
En el PRI están seguros de una realidad avasallante:
Poo Gil jugó las contras a Fidel Kuri y apostó todo a Fernando Yunes Márquez y Ricardo Exsome.
Todavía más:
Según unas elites rojas, la voz de Fidel Herrera Beltrán pesa, y pesa mucho, sobre Ramón Poo.
Y, por tanto, atrás de las jugadas del alcalde hay quienes aseguran estuvo Fidel Herrera, en una rara y extraña pichada cuyo alcance, por ahora, resulta imprevisible.